CAMAGÜEY.- El 2 de enero de 1942 fue asesinado a causa de una punzante crítica publicada el director del periódico Acción, Andrés Avelino Pérez, comerciante español radicado en la ciudad y a la vez presidente de la Unión de Comerciantes de Camaguey, pero aficionado al periodismo, terminó por liquidar todos sus negocios y adquirir un taller tipográfico, el de Sabás-Marin en 1936, estableciéndose en General Gómez No. 261, casi esquina al callejón de Masvidal.

El periódico Acción tuvo durante su existencia algunos altibajos, en especial por la política que le había impuesto su director al periodismo crítico de la que hacia constante arma. Fue acusado en varias oportunidades de practicar la prensa sensacionalista, aunque nunca llegó a los extremos de otras publicaciones que seguían esa línea. Su principal defecto era que en verdad muchas veces sus imputaciones no se encontraban sustentadas por pruebas concretas, lo que le originó más de un conflicto jurídico o personal con aquellas personas que aparecían cuestionadas en sus páginas.

A finales del año anterior, 1941, Luis del Álamo, jefe de Información de ese rotativo, quien a la vez era escritor de guiones radiales y había incursionado con escaso éxito en la novelística, escribió un comentario sin firma titulado Mi punto de vista, en el que se abordaba el tema de ciertos turbios manejos que se producían, según estimaba el redactor, con los fondos destinados a las reparaciones de las calles de la ciudad, inculpando de ello al jefe provincial del Ministerio de Obras Públicas, ingeniero Ángel Bretón Pichardo.

Bretón se había distinguido por años como honrado en sus funciones, disfrutaba de prestigio y llevaba junto a su familia una austera vida social, con independencia de participar en eventos deportivos, donde estaba catalogado como uno de los mejores miembros del Club Cazadores de la ciudad.

Aquel 2 de enero, Bretón se presentó en la redacción del periódico, que era parte de la vivienda donde residía Andrés Avelino con su familia, inquiriendo por el autor del comentario. El director de Acción no solo se negó a darle el nombre del periodista, sino que le expuso que él, como director, asumía la responsabilidad de lo publicado. Tras la discusión, el ingeniero sacó una pistola y le hizo tres disparos al periodista, todos mortales. Acto seguido se dirigió al cuartel Agramonte, donde se presentó ante el jefe de la plaza, el coronel Rogelio López Jorge, quien era su amigo personal.

Este crimen, desde luego, produjo un hondo malestar en la prensa nacional y una fuerte protesta periodística en la provincia, por lo que, a pesar de la alta posición e influencia del ingeniero jefe de Obras Públicas, obligaron a que Bretón fuera detenido y procesado.

Andrés Avelino tenía al morir 48 años, y dejó una familia constituida por su esposa y tres pequeños hijos, sin ningún otro recurso como no fueran los equipos de la imprenta, por lo que los funerales del periodista tuvieron lugar en el propio local del periódico y su entierro constituyó una emotiva manifestación popular.

Sometido a juicio, Bretón alegó defensa propia, ya que dijo, hubo de disparar cuando el periodista trató de sacar un revólver que tenía en la gaveta de su buró, imputación falsa según demostró el abogado acusador; y finalmente fue condenado a seis años de prisión, de los que solo cumplió cuatro, pues fue indultado por Decreto Presidencial, marchándose posteriormente del país.