SANTIAGO DE CUBA.- Cinco letras, esculpidas en bronce, merecen el respeto eterno al hijo grande de la Patria, que como Martí obró por el bien de la humanidad.

Del pensamiento sabio de Fidel brotaron inagotables ideas, manantial de esperanza y luz, capaz de iluminar el planeta.

Percibí en este nuevo contacto con Fidel, como siempre, la grandeza de su corazón. Late en en el pueblo que lo vio enrumbar hacia la eternidad, como el Quijote de estos tiempos.

Como nada te fue ajeno, la gente acude a ti desde lo más íntimo, a beber de tú ejemplo arrollador de voluntades.

Muchos en el mundo tomaran la llama encendida por Céspedes, continuada por Martí y que seguiste del Maestro como ejemplar alumno.

Sin utopía, tú obra es un canto al futuro. ¿El camino? Preñado de desafíos, pero es posible de vencer.

¿Cuántos hombres, mujeres, jóvenes y niños llegan hasta Santa Ifigenia hasta dónde descansas? Hasta hoy son miles, mañana millones que vienen hasta el altar de la Patria a aprehender y multiplicar tus enseñanzas.

Los hijos de Agramonte, en composición de colectivo del periódico Adelante, el primero fundado por la Revolución, están aquí para decirte que la vergüenza de Ignacio será el arma para combatir la pobreza y asegurar que las enseñanzas tuyas de igualdad y justicia prevalecerán, más temprano que tarde.

Una de las integrantes del grupo, de manera espontánea y conmovida dijo: !Qué sencillez! al mirar el túmulo donde permanecen las cenizas del gigante, rodeado de otros grandes patriotas y bajo la custodia y la mirada legendaria de la Sierra, abrazada por él y sus seguidores rebeldes en la campaña liberadora.