CAMAGÜEY.- Excitación hogareña la víspera. Despertar de fiesta que invadió las calles con tricolor alegría, cual soplo de futuro que hizo ondear la bandera de la estrella solitaria en más de 10 600 centros estudiantiles cubanos para acoger un millón 700 mil niños, adolescentes y jóvenes en su seno de sabiduría: Este lunes comenzó el curso escolar 2016-2017 en Cuba.

Qué distinto ver de punta a cola del verde caimán, de costa a costa azul hasta el más recóndito lugar de las sierras, cayos y llanuras cubanas a niños calzados y vestidos de uniformes y pañoletas, con el porvenir seguro en cada paso.

Qué tristeza recordar, mirar atrás, la vieja historia que no debe olvidarse, cuando el 44% de los niños de esta Isla no podían asistir a clases porque tenían que trabajar, estaban obligados a arrancarse los juegos de la infancia y hasta morir adultos analfabetos. Tampoco había escuelas ni maestros para todos y un día como hoy antes de 1959, miles de infantes deambulaban descalzos, desnutridos y hambrientos, semidesnudos, por ciudades y caminos vecinales buscando un mendrugo de pan…mas esa pesadilla se apagó con la luz de la enseñanza prendida por los fusiles martianos del Moncada.

Más de cien mil alfabetizadores “Conrado Benítez”, “Patria o Muerte” de la clase obrera, derrotaron el analfabetismo en Cuba por llanos y montañas, y los cuarteles de torturas y opresión de la dictadura de Batista se convirtieron en escuelas y la Revolución hizo otra Revolución en la Educación ideada por Fidel no solo para beneficio exclusivo de los cubanos…

Superan los 10 millones de analfabetos rurales de África, América Latina, el Caribe y de unos 30 países del mundo los que han aprendido a leer y escribir con el método Yo si puedo.

Hoy es un día muy feliz para los cubanos, aunque la cotidianidad gratuita de la Educación en Cuba es un derecho, desde las vías no formales hasta la universidad, las maestrías y doctorados… nunca dejará de ser trascendental , lo que hoy es lejano sueño para los escolares de cualquier nación capitalista, donde el estudio es un lujo negociable solo al alcance de familias pudientes. La mayoría de los hogares de fogón apagado, lanza a sus hijos al ruedo de la vida pública, de sálvese el que pueda subsistir.

Este lunes muchos soles iluminaron temprano la mañana del saber, esa que defenderá el maestro, el hogar y la comunidad para que cada vez sea de mayor calidad y más enjundiosa en valores morales, humanos, donde resalten el ejemplo del magisterio y el reconocimiento social sistemático a los maestros, artífices de todas las profesiones de la vida.