Cada nuevo curso, es un alto reto para vencer las carencias de un asedio de medio siglo; sin embargo, de San Antonio a Maisí, ningún escolar se diferencia: visten de colores patrios, disponen de la base material de estudio hasta de primer mundo, ninguno anda descalzo y TODOS van hacia el aprendizaje total porque cuentan con hermosas escuelas, con la seguridad de aprender sin la necesidad de trabajar para subsistir.

Fue un día grande, desbordó los umbrales de los hogares cubanos y hasta los viejitos que quedaron en casa a la espera de las consabidas noticias que quieren escuchar de sus bisnietos, sienten la nostalgia de que en sus épocas de tiranías, apoyadas por quienes siempre han querido apoderarse de la rebelde Isla, no pudieron estudiar para malvivir en la zozobra del cada día sin pan, sin vida segura, y mucho menos  de soñar con este consolidado porvenir que puede ser un futuro mejor si la familia y la escuela acercan la cama al pupitre y viceversa.

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