Las intensas lluvias de mayo castigaron buena parte de Cuba; sus inundaciones provocaron daños de toda índole y ante la persistencia de los aguaceros, todos clamamos por el sol.

Y en efecto, cuando apareció después de muchos días de ausencia, desterró la perjudicial humedad y ayudó a sanear el ambiente en las zonas afectadas, entre otros beneficios, y es que el astro rey, es imprescindible para la vida en el planeta.

Nos proporcionar luz, calor, energía y hasta facilita medir el paso del tiempo, al girar la tierra sobre si y alrededor del sol, dando paso al día, la noche y las estaciones.

Todos reconocen sus tantos aportes a la existencia, pero cuando el también llamado “la enana amarilla”, lanza con fuerza sus rayos, en esta Isla tropical el calor se hace insoportable, aflora el sudor, aumenta la incomodidad y las injurias contra la incomprendida estrella.

Pero este, impasible, sigue proporcionando energía, gracias a la cual las plantas realizan la fotosíntesis, proceso mediante el cual transforman el CO2 en oxígeno, y las personas pueden respirar un aire menos contaminado.

Estas propiedades son bien conocidas por los humanos y en muchas culturas del mundo, el Sol resulta venerado y tratado como la máxima autoridad. Para los egipcios es Rá; entre las culturas mesoamericanas Quetzalcóatl; Apolo para los romanos y Helio para los griegos.

No obstante el astro tiene interioridades que muchos desconocen, por ejemplo mientras la Tierra completa realiza su rotación en 24 horas, el sol, por su composición muestra distinta rotación según la parte de este que se mida; así, en los polos tarda 34,4 días, pero en el ecuador tarda sólo 25,4, acorde con páginas especializadas.

Las mareas, son provocadas en parte por la atracción de Sol y tienen gran importancia, pues de esos movimientos acuáticos -las olas- también se obtiene energía.

Posee diferentes capas, la primera de ellas es la fotosfera, le sigue la zona de convección, en la que el calor se mueve lentamente desde el interior hacia la superficie, después prosigue la zona radiactiva y en el centro el núcleo.

Lo compone el hidrógeno en una proporción del 74 por ciento (%); el 24% de Helio y el dos de otros elementos básicos como hierro, níquel, oxígeno y otros, agrega la propia fuente.

Es 330 mil veces más pesado que la tierra y 3 mil 498 veces mayor que Saturno, en tanto representa el 99,8% de toda la masa del Sistema Solar.

Añaden espacios digitales que la estrella más cercana a la tierra , cada 10 mil millones de años se vuelve un 10% más brillante, lo cual amenaza la vida en el mundo, donde solo vivirán las bacterias, pero eso ocurriría a muy, pero muy largo plazo, según los científicos.

Por lo pronto, resguardarnos de los efectos negativos producidos por la exposición intensa a sus rayos y, ligeros de ropa, disfrutar de su calidez en el eterno verano que proporciona Cuba y en especial en la etapa estival que ya se aproxima, es la mejor forma de demostrarle agradecimiento al astro rey.