CAMAGÜEY.- Cuenta mi mamá que nunca pudo escapar del café con sal, preparado bien temprano por la abuela cada 28 de diciembre. Después de probar aquel trago, especial para fruncir el ceño, entre palmas y sonrisas escuchaba la frase del día: “¡Te cogí por inocente!”. Entonces pensaban chispeantes ocurrencias para sorprender a los amigos y vecinos en el barrio.

En muchas partes del mundo celebran el Día de los inocentes. Según una leyenda cristiana, la conmemoración tiene su génesis en la matanza de los niños menores de dos años, organizada por el rey Herodes en la ciudad de Belén, con el propósito de asesinar al pequeño Jesús de Nazaret.

Algunos investigadores e historiadores plantean que estas tradiciones populares tienen su verdadero origen en la Edad Media cuando en vísperas del carnaval, el desenfreno y el jolgorio se adueñaban de las ciudades, no existían prohibiciones y nadie era declarado culpable.

Por costumbre ya en la América hispanohablante y en España realizan bromas de todo tipo desde la medianoche y hasta las doce del día. Algunos clubes de fútbol como el Barcelona y el Real Madrid engañan a miles de seguidores con noticias exageradas y fotografías falsas.

En algunos países latinoamericanos, la persona que en esta fecha preste dinero o cualquier otro objeto debe darlo por perdido para siempre, y el nuevo dueño canta reiteradamente: “Inocente palomita/ te dejaste engañar/ recuerda que por ser día 28/ en nadie puedes confiar”.

La chanza más utilizada en la península ibérica consiste en colocar un muñeco de papel blanco en la espalda de las personas. En algunas zonas, como en la provincia de Alicante, la festividad se denomina Día de los enharinados porque los lugareños practican la “batalla de harina”, una colorida explosión de música, bailes, algarabía. y, por supuesto, harina de trigo.

En Valencia celebran el Día de los locos y los más jóvenes utilizan disfraces extravagantes para asistir en la noche al Baile de los locos, donde casi todo está permitido.

Otros países como Italia, Francia, Portugal, Alemania, Polonia y Estados Unidos, tienen una forma similar de festejar denominada Pescado de abril o Día de engaños, efectuada el primer día de abril, pero su origen no tiene semejanza alguna con el del Día de los inocentes.

Los periódicos y las televisoras se suman a la fiesta con la publicación de falsas noticias, fotografías intervenidas e imágenes manipuladas donde cuentan, por ejemplo, del supuesto derrumbe de la Muralla China o la inundación del Taj Mahal en la India. De esta manera engañan al público hasta la mañana siguiente.

La era moderna permite el envío de bromas a través de los emails o de los mensajes de texto de los celulares, pero en América Latina aún se adelantan los relojes, se hornean empanadas de algodón o se regalan bombones rellenos con tinta.

En Cuba las “inocentadas” son parte de la imaginación popular. “Oiga, tiene la camisa desabotonada”; “compañera, se le rompió el pantalón”; “niña, se te cayeron veinte pesos”. Ocurrencias como estas, capaces de detener nuestro andar, de arrancarnos una sonrisa y de provocar sonrojos, obran verdaderos milagros.

Muchos deben sus nombres de Inocencia o Inocencio a padres motivados por esta práctica cultural, insignificante para algunos, pero heredada por generaciones.

No importa la época. Aunque pase el tiempo y cambien las formas de pensar y de vivir, el Día de los inocentes mueve todavía la vorágine de las últimas hojas del calendario y nos prepara para recibir cándidos, sencillos, con esperanza, el próximo año.

...Por eso hoy, bien temprano quizá le cuele a mami un café salado, que la endulce de recuerdos...

...Es hora de idear las bromas.

* Texto tomado de Archivo de Adelante. Entonces el autor era estudiante de Periodismo.