CAMAGÜEY.- No es cualquier azul. Es el azul del cielo cubano, en su tono más intenso. Es el azul del cielo cubano en el pecho de nuestros niños, de nuestro futuro. Por esa fe irrenunciable en el mañana —en ellos— los padres anudan al cuello de sus hijos la pañoleta, en los mismos hijos que la esgrimen jurando querer ser como el Che.

Este lunes habrá en todas las escuelas de la provincia nuevos pioneros moncadistas, habrá ganas renovadas de estudiar, trabajar y luchar por las conquistas de la Revolución, como refrendan cada uno de los vértices del triángulo azul.

Será una jornada de fiesta, porque el primer día en la Organización de Pioneros José Martí es un día memorable para cada niño cubano que nunca olvidará desde entonces quién fue Paquito González Cueto, el pionero mártir.

Papá y mamá podrán dormir tranquilos el domingo. Sí, porque “el despertador” será el reclamo infantil de llegar pronto a la escuela, la familia se agolpará en los pasillos, los flashes y los celulares guardarán el instante que arderá en el alma de cada uno de los presentes.

Yo estaré ahí cuando mi hermana ponga al cuello de mi sobrina el atributo pioneril. Lo hará ella por toda la familia, pondrá sobre los hombros de Karlita la misma pañoleta que usamos nosotras y la pequeña nuestra llevará un símbolo de tres generaciones, porque ser pionero es ser futuro.