Fotos: Otilio Rivero Delgado/AdelanteFotos: Otilio Rivero Delgado/Adelante

CAMAGÜEY- Moltó era un periodista militante. No porque entrara a las filas del Partido Comunista de Cuba en 1970 sino por su entrega desdoblada, por su desvelo perenne: hacer una mejor prensa revolucionaria en Cuba.

Porque oírlo hablar sobre este oficio ingrato, absorbente y mágico era descubrir que verdaderamente no estás sola en el mundo y hay pasiones que sobrepasan cualquier tipo de cordura.

Su sonrisa era tan contagiosa como sus deseos de hacer. Su capacidad de sobreponerse a él mismo, a su salud, te ponía la varilla alta y te arrastraba, la fuerza de su ejemplo llegaba a las fibras más sensibles de la vergüenza, entonces no podías quedarte atrás sino apurar el paso para seguirle.

Hoy también hay que hablar de sus huellas. De esas marcas que dejó en tantos colegas a lo largo y ancho de un archipiélago que amó visceralmente. Por eso soñó que la UPEC fuera ese espacio inclusivo para los periodistas, donde se premiara el talento sobre todo, y donde los más jóvenes tuvieran espacio para hacer y crecer.

Para movernos en ese compromiso de hacer realidad todos sus sueños para el periodismo cubano un grupo de colegas se reunieron en la sede de la UPEC en la provincia para recordarlo en presente y en futuro; durante el día estará abierto un libro de condolencias para recordar la vida y la obra de quien hizo de la prensa su razón de ser límpidamente… militantemente.