CAMAGUEY.- Foto: Tomada de ONUFoto: Tomada de ONUDesde su primera celebración el 23 de septiembre de 2018, el Día Internacional de las Lenguas de Señas es una oportunidad para apoyar y resguardar la identidad lingüística y diversidad cultural de las personas con discapacidad auditiva y otros usuarios de la lengua de signos.

A diferencia de las suposiciones de algunas personas, las lenguas de signos no son simple mímica, ni tampoco una reproducción visual de alguna versión simplificada de ninguna lengua oral. Son lenguas naturales de producción gestual y percepción visual con estructuras gramaticales complejas, creativas y productivas como las de cualquier idioma.

Las lenguas de señas modernas, al igual que las orales, están sujetas al proceso universal de cambio lingüístico, que hace que evolucionen con el tiempo y eventualmente, una misma lengua puede evolucionar en lugares diferentes hacia variedades diferentes. Algunas de las familias actuales son la británica, la hispano-francesa, la alemana, o la indo-pakistaní, entre otras.

Según la Federación Mundial de Sordos (FMS), actualmente existen aproximadamente 72 millones de personas con discapacidad auditiva en todo el mundo, más del 80 por ciento vive en países en desarrollo, y como colectivo utilizan más de 300 lenguas y dialectos de señas.

El uso de las señas en la comunicación es tan antiguo como el de los lenguajes orales, o como la historia de la humanidad, y han sido empleadas por comunidades de oyentes. Por ejemplo, los amerindios de la región de las Grandes Llanuras de América del Norte usaban una lengua de señas para hacerse entender entre etnias que hablaban idiomas con fonéticas extremadamente diversas.

El primer tratado sobre la enseñanza del lenguaje de signos fue la obra Reducción de las letras y Arte para enseñar á hablar los Mudos, publicado en 1620 por el pedagogo y logopeda español Juan de Pablo Bonet. Este propone un método de enseñanza oral para las personas sordas mediante el uso de señas unimanuales en forma de alfabeto manual. El modelo se divulgó en toda Europa, y después, en todo el mundo, siendo la base de los alfabetos manuales en los países de alfabeto latino, donde aún se le designa como alfabeto manual español o alfabeto manual internacional.

A nivel mundial, la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, ratificada por la mayoría de los países del globo, reconoce y promueve el uso de las lenguas de señas. El documento establece el mismo estatus para las lenguas de signos y habladas, y obliga a los estados partes a facilitar el aprendizaje de la lengua de señas y promover la identidad lingüística de la comunidad de las personas sordas.

La Asamblea General de la ONU ha establecido el acceso temprano a la lengua de señas y a los servicios en este lenguaje, incluida una educación de calidad en esa lengua, como elemento vital para el crecimiento y desarrollo de las personas con discapacidad auditiva, y decisivo para el logro de los objetivos de desarrollo sostenible.

Naciones Unidas ha advertido también la importancia de preservar las lenguas de señas como parte de la diversidad lingüística y cultural, y remarca la consideración y aplicación del principio de “nada sobre nosotros sin nosotros” cuando se trabaja con estas comunidades.

En Cuba, la Lengua de Señas Cubana (LSC) se introdujo como alternativa pedagógica en las escuelas de niños con discapacidad auditiva a partir del año 1994. Antes de ese año, la lengua de señas era usada por las personas sordas de manera natural en la calle para su comunicación; por tanto, existían códigos que manejaban unos grupos y otros no.

 Foto:  Cortesía de la filial en Camagüey de la ANSOCFoto: Cortesía de la filial en Camagüey de la ANSOC

La filial provincial de la Asociación Nacional de Sordos de Cuba (ANSOC) cuenta con 6 instructores y 12 intérpretes, y consolida sus programas pedagógicos al contar con un aula anexa al Instituto Politécnico Álvaro Barba, donde se imparten clases de habilitación para intérpretes de lengua de señas cubana, en aras de eliminar las barreras de comunicación y contribuir a la inclusión social de quienes integran la organización.

“En Camagüey hacemos cursos de lengua de señas a todas las personas oyentes interesadas y realizamos peñas con las personas sordas a quienes se les actualiza de todas las señas nuevas que se aprueban, como por ejemplo, la terminología de las nuevas tecnologías”, explicó Iris Dalvys Tamayo Batista, presidenta de la filial provincial.

 En la actual situación epidemiológica, la lengua de señas y sus intérpretes han desempeñado un importante papel a través de los medios de comunicación al posibilitar la información oportuna a toda la comunidad sorda cubana.

La ANSOC ha promovido desde su creación, en 1978, el respeto a la lengua de señas y la introducción de la misma en el contexto pedagógico, el aumento del número de plazas de intérpretes, y la preparación de personas con discapacidad auditiva como auxiliares pedagógicos e instructores de la LSC.

Actualmente la comunidad sorda aboga por la legalización de la lengua de señas cubanas como segunda del país y la aprobación de una ley que proteja a las personas con discapacidad, la cual no existe en el país a pesar del respaldo gubernamental para que se reconozcan y respeten sus derechos.

Asimismo resalta la necesidad del servicio de Closed-Caption en la televisión nacional, con inestabilidad en programas estelares, y la importancia de trabajar la política de cuadros desde las propias filas de la organización.