Considerado uno de los problemas de salud más importantes de la llamada civilización moderna, el estrés es un fenómeno de la vida contemporánea y un acompañante de la existencia humana.

Expertos en el tema aseveran que es tan antiguo como la propia humanidad y está presente en todas las sociedades, aún en las más primitivas.

El estrés no constituye un proceso nuevo ni privativo de las sociedades occidentales, y aunque estamos conscientes de que existe, no lo conocemos lo suficiente y la mayor parte de las personas está expuesta a mucho más de lo que cree.

Los especialistas afirman que no hay una vida completamente libre de estrés, pues cada vez que el hombre interactúa con otras personas y con su medio, este aparece en cierta medida.

Culpable de casi todos los males de la vida moderna, tanto en adultos como en los niños, surge como resultado de la adaptación del cuerpo y la mente al cambio, lo cual exige de un esfuerzo físico, psicológico y emocional.

Aclaran que el cambio en sí mismo no es una novedad, constituye el pilar de la evolución de la humanidad, por lo que el estrés no siempre es malo. Su falta puede resultar en un estado de depresión.

Como vivimos en la era del cambio, el siglo XX fue denominado “el siglo del estrés”, pues la sociedad no estaba preparada para enfrentar las transformaciones en cuanto a la introducción de tecnologías, avances científicos, la medicina, las condiciones de trabajo de las empresas, los valores y las costumbres de la sociedad, entre otros.

Ello exigió una adaptación sin precedentes para todas las generaciones pero el estrés se mantiene en la presente centuria, por lo cual debemos contribuir con un estilo de vida que nos ayude a vivir con él.

Según la literatura, el término estrés, que etimológicamente significa tensión, es definido en el diccionario terminológico de Ciencias Médicas como una agresión contra el organismo cuando se enfrenta de forma brusca con un agente nocivo de cualquier naturaleza.

Está demostrado que largos períodos de estrés pueden desencadenar un proceso degenerativo en el cuerpo, el cual puede terminar en cáncer.

Tal fenómeno también puede desatar en afecciones dermatológicas, diabetes mellitus, obesidad, asma, infertilidad, problemas de nutrición, daños cerebrales y cardiovasculares, por citar algunos.

La mejor manera de prevenir el estrés es llevar una vida sana, practicar ejercicios físicos e intentar interpretar las dificultades cotidianas y los problemas laborales con el mejor humor posible.

Dormir, descansar y relajarse son cosas necesarias. Aprenda a manejar el estrés.