CAMAGÜEY.- Al ingenio de José Villa Soberón, Premio Nacional de Artes Plásticas 2008, se debe el conjunto escultórico a Camilo Cienfuegos, en la rotonda donde confluyen la Avenida Finlay y la Circunvalación Norte, que da acceso al aeropuerto Ignacio Agramonte, de esta ciudad.

En la pieza, de unos 12 metros de altura, se entrelazan cuatro estrellas de laminado de acero, sobre un espejo de agua de 18 metros de diámetro, porque el agua simboliza la tradición del pueblo de Cuba de entregarle flores cada 28 de octubre.

El monumento se nombra “En el pueblo hay muchos Camilos”, la frase más recurrente del discurso del 12 de noviembre de 1959, cuando Fidel anunció la desaparición física del entonces jefe del Estado Mayor del Ejército Rebelde.

Esa expresión se lee en una de las estrellas, y se multiplica en las otras tres, a través de imágenes diferentes del rostro del Guerrillero del sombrero alón, quien el 28 de octubre de 1959 concluyó su segunda visita a Camagüey vinculada con la neutralización del movimiento sedicioso encabezado por Hubert Matos, jefe militar de la provincia.

Aquel día, el entrañable Héroe de Yaguajay subió a una avioneta Cessna rumbo a la capital. Desde entonces, Camagüey no deja de evocarle en el corazón, y de mantenerlo vivo en la escuela vocacional militar y en el aeropuerto, también a través de una tarja en el Casino Campestre, donde habló en un acto el 1ro de mayo de 1959.

Villa Soberón, santiaguero residente en La Habana, concibió la obra por encargo de la Oficina del Historiador de la Ciudad de Camagüey (OHCC).

Pudo lograr la pieza por las horas extra de especialistas de la Empresa de Restauración y la Escuela de Oficios de la OHCC, el colectivo de la Planta Mecánica “Ignacio Agramonte” y entidades del Ministerio de la Construcción y del Azúcar.