CAMAGÜEY.- En días como hoy hace 54 años, la provincia enfrentaba el peor huracán que hubiera azotado a nuestro país hasta entonces. El Flora, primero de una saga de tormentas con categoría 4 que desde entonces comenzaron a merodear en el Caribe.

Del 4 al 8 de octubre de 1963 el Oriente de Cuba fue azotado por la caprichosa ruta del Flora, que cercado por altas presiones y la geografía nacional describió una marcha errática por toda la entonces provincia de Oriente y la extensa superficie de Camagüey.

Mas del 1 100  personas perecieron y fueron destruidas 11 103 viviendas, dejando averiadas otras 21 486, y destrozos en la economía por un valor de  miles de millones de pesos. Desde entonces el Flora figura en los anales de la Organización Meteorológica Mundial como la segunda gran catástrofe natural en la Mayor de las Antillas, luego de la tragedia del ciclón del 1932 en Santa Cruz del Sur.

La furia del huracán dejó sin electricidad y comunicación telefónica a casi la mitad del país; desbordados los ríos y aisladas poblaciones enteras, lo que impidió el transporte aéreo y terrestre. Entonces la Defensa Civil apenas tenía un año de creada y aún no existían ni medios ni experiencia para enfrentar este tipo de tragedias. La presencia de Fidel en los puntos más peligrosos de las inundaciones y la voluntad de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, algunos de cuyos miembros perecieron durante las misiones de salvamento, y colocó todos sus medios para el rescate y la recuperación de las zonas afectadas, permitió que se pudiera enfrentar la tragedia. Desde entonces Cuba ha ganado no solo en eficiencia, sino en capacidad para enfrentar temporadas ciclónicas cada vez mas violentas. Con aquellas experiencias la nueva generación, cuya cultura “ciclónica” es muy superior, acaba de enfrentar el Irma con una unidad demostrada y efectiva.

No olvidemos a los miles de héroes anónimos del Flora, como tampoco a los que ahora se baten con lo que Irma nos dejó. La historia se ocupará justamente de ellos.