CAMAGÜEY.- En su resumen del mes de mayo de 1967, el comandante Ernesto “Che” Guevara de la Serna escribe en su diario de campaña: “El punto negativo es la imposibilidad de hacer contacto con Joaquín (Vitalio Acuña, jefe de la retaguardia de la guerrilla boliviana) pese a nuestro peregrinar por las serranías. Hay indicios de que este se ha movido hacia el norte”.

La épica de la guerrilla boliviana comandada por el Che que se fijó como meta incendiar con la lucha armada toda Sudamérica como parte de la gesta emancipadora en el combate contra el imperialismo norteamericano en Latinoamérica, cumple ahora 50 años.

Recordarlo a él y a los que cayeron en ese empeño en las inhóspitas regiones de Bolivia es una deuda que debemos pagar todos los revolucionarios de cualquier parte del mundo, porque la llama que encendieron aún arde y arderá mientras haya una injusticia que reparar y un pueblo que liberar del yugo de la explotación y el sojuzgamiento del poder capitalista.

La primera anotación la hizo el Che en su diario de campaña el 7 de noviembre de 1966 y en ella refiere: “Hoy comienza una nueva etapa. Por la noche llegamos a la finca (Ñancahuazú). Luego de entrar convenientemente disfrazados, por Cochabamba, Pachungo y yo hicimos los contactos y viajamos en jeep, en dos días y dos vehículos”.

En el tiempo transcurrido desde ese día y hasta el 7 de octubre de 1967 que escribe: “Se cumplieron los 11 meses de nuestra inauguración guerrillera sin complicaciones…” aquel grupo de hombres y su jefe forjaron una bella y heroica historia de solidaridad humana y de ser consecuentes con las ideas revolucionarias que lo llevaron a luchar en otras tierras por la redención del hombre.

La referencia que hace el Che en el resumen del mes de mayo acerca de que el punto más negativo de ese período es la imposibilidad de hacer contacto con Joaquín está más que justificada, pues hacía ya más de 40 días que se habían separado y no se tenían indicios de su presencia en la zona, a pesar de haberlo buscado incesantemente.

La decisión de dejar a Joaquín operando en ese lugar fue tomada por el Che por tener este varios enfermos que les impedían realizar una larga caminata hasta Alto Beni, que era la zona de operaciones escogida por la guerrilla.

Durante más de cuatro meses ambos grupos pugnaron infructuosamente por encontrarse, hasta el trágico desenlace ocurrido el 31 de agosto, en que perseguida con saña, aislada, hambrienta y cargada de enfermos la columna de Joaquín es emboscada, producto de la delación del traidor Honorato Rojas, y aniquilada, lo que significó un duro golpe para la guerrilla, que vio reducida sus fuerzas sensiblemente.

En sus anotaciones resumen de mayo, el Che refiere tres nuevos combates con bajas para el ejército y ninguna para ellos, y significa las principales características de la etapa:

1- Falta total de contacto con Manila (Cuba), La Paz y Joaquín, lo que nos reduce a los 25 hombres que constituyen el grupo.

2- Falta completa de incorporación campesina, aunque nos van perdiendo el miedo y se logra la admiración de los campesinos. Es una tarea lenta y paciente.

3- El Partido (comunista de Bolivia), a través Kolle, ofrece su colaboración, al parecer, sin reservas.

4- El clamoreo del caso Debray (Regis, revolucionario francés incorporado temporalmente a la guerrilla y ya fuera del país) ha dado más beligerancia a nuestro movimiento que 10 combates.

5- La guerrilla va adquiriendo una moral prepotente y segura, que bien administrada, es una garantía de éxito.

6- El ejército sigue sin organizarse y su técnica no mejora sustancialmente.

Y finaliza los apuntes del quinto mes de 1967: “Ahora viene una etapa en la que el terror sobre los campesinos se ejercerá de ambas partes, aunque con calidades diferentes; nuestro triunfo significará el cambio cualitativo necesario para su salto en el desarrollo”.