CAMAGÜEY.- José Antonio Echeverría, pudo haber sido otro de los corajudos jóvenes  que pelearon y bajaron de la Sierra Maestra junto a Fidel, mas la historia le reservó otro alto sitial del valor cuando  había cumplido apenas  24 años de edad.

En él,  la intrepidez era cualidad intrínseca  durante las protestas estudiantiles universitarias, cuya Universidad de La Habana fue forja de heroicos defensores de la Patria ante las represivas tiranías de Gerardo Machado,  Fulgencio Batista…(por citar las más sangrientas.) tuteladas por los Estados Unidos.

Manzanita, como cariñosamente les decían sus amigos, estudiaba la carrera de arquitectura cuando viajó hasta Méjico para reafirmar con Fidel Castro -quien alistaba los preparativos de la expedición del yate Granma-, la unidad de acción entre el Movimiento Revolucionario 26 de Julio y la FEU.

Ese mismo año cuando los jóvenes encabezados por Fidel escribían con fuego desigual las primeras acciones del naciente Ejército Rebelde, la tarde del 4 de diciembre el líder estudiantil al frente de un grupo de jóvenes interrumpieron el juego de beisbol entre los equipos  Habana y Almendares y desplegaron una gran tela en el terreno del Estadio del Cerro para que miles de cubanos vieran por la televisión nacional la denuncia pública  estudiantil contra los abusos y crímenes del régimen de Fulgencio Batista.

José Antonio,  y miles de jóvenes revolucionarios, estaba convencidos de que con manifestaciones pacíficas, brutalmente reprimidas por los esbirros de la policía y la guardia rural que quemaba bohíos y desalojaba a los campesinos de las tierras que trabajaban como esclavos para los latifundistas USA  y nacionales, no sería jamás derrotado el impopular gobierno,  y  fue así como el 13 de Marzo de 1957, al frente de los valerosos estudiantes de la FEU dirigió  la toma de Radio Reloj y el asalto al palacio Presidencial para ajusticiar al tirano, en “su propia madriguera…” como anunció con voz propia al pueblo de Cuba por la emisora radial, poco antes de caer combatiendo con un revolver frente a una ametralladora policial en las cercanías de su querida universidad habanera.

A esa hora vespertina del histórico asalto a la historia de José Antonio y sus compañeros, Fidel marchaba por la falda de la loma de Caracas en la Sierra Maestra con solo 12 hombres…

“Pero esa tarde, no puedo decir que fuera a las 3:20, sería después de eso, entre las 3:30 o las 4:00 de la tarde, quién sabe si a las 4:00, abrimos el radio —siempre llevábamos a cuestas algún radio para saber lo que estaba pasando en el país—, y cuando pusimos Radio Reloj solo escuchamos la señal de Radio Reloj —ese tic-tic, o toc-toc, o tac-tac, o tic-tac, no sabría cómo definirlo bien— y no se escuchaba otra cosa. Yo les dije a los compañeros: "Algo extraordinario tiene que estar ocurriendo en La Habana." Y esperamos, hasta que al fin empezaron a aparecer las noticias del asalto a Palacio.

“Enorme fue nuestra inquietud por saber todo lo que había ocurrido, porque en algún momento después empezó a hablarse ya de la muerte de José Antonio, Me imaginaba la ola de represión que vendría después contra los revolucionarios, los combatientes, porque ya por experiencia sabíamos que aquella gente sanguinaria no conocía la categoría de prisioneros, y, aunque he tratado de precisar con exactitud si hicieron algo parecido a lo del Moncada, me llamó la atención la noticia de que habían caído 25 combatientes; pero no se hablaba de un solo prisionero”

Narró el líder de la Revolución al pueblo de Cuba el 13 de marzo de 1997 en el propio Palacio Presidencial, durante la  conmemoración 40 de la hazaña juvenil.

Al cumplirse el aniversario de la valiente gesta, los sueños de aquellos jóvenes martianos que dieron sus vidas por Cuba, son realidades que se celebran en suelo libre del imperio que continúa en acecho como lo avizoró el Apóstol y lo confirman las continuas  administraciones estadounidenses que pretenden, precisamente, sembrar entre los bisoños cubanos la desmemoria histórica y la indiferencia  por la Patria soberana que tanto sacrificio y vidas en diferentes épocas costó.