"...se discutió por muchas personas por qué nos habíamos comprometido a llegar a Cuba en un plazo prácticamente fijo. Y es que el estado de ánimo de muchos en nuestro país. resultado de las frustraciones y de los engaños de los políticos tradicionales, había llegado a crear cierto escepticismo; y también no se hacían grandes esfuerzos por parte de los intereses creados en maniobrar políticamente, en llegar a acuerdos políticos con la tiranía batistiana y en ahogar la fe del pueblo en la lucha revolucionaria". De ahí la premura.

Los preparativos de la expedición requirieron de varios días de dedicación, con detalles que incluyeron el entrenamiento de los expedicionarios su disciplina y motivaciones para el fortalecimiento ideológico, sobre la base, aspiraciones y los mismos postulado esgrimidos por José Martí para llevar adelante la Guerra Necesaria.

No fueron pocos los percances durante la travesía después de zarpar de Tuxpan el 25 de noviembre de 1956; las noticias que alcanzaron a escuchar por la radio sobre el levantamiento del día 30 en Santiago de Cuba eran desesperantes, y luego la odisea del propio desembarco el día 2 de diciembre.

Fidel había sido preciso con los 82 revolucionarios en cuanto a los principios morales sobre los que habrían de sentarse las acciones futuras. Transcurridos dos años y 29 días, en los que el camino se abonó con la sangre de cientos de combatientes, la victoria era conquistada y con ella se cumplía la profecía del Comandante en Jefe de qué: Si salgo llego, si llego entro, si entro triunfo.

Hoy, para satisfacción y orgullo de los cubanos, Fidel continúa como el Comandante en Jefe de la batalla que enfrenta el mundo ante la amenaza de desaparecer por la guerra nuclear sin precedentes, o por la destrucción del sistema ecológico del planeta. Desde sus reflexiones, su dedicación a estudios para la producción de alimentos, desde su ejemplo, continúa enrumbando la proa de la Patria que fue libre definitivamente el 1ro. de Enero de 1959 gracias a su sabia decisión.