Perteneciente a una generación que se fraguó en medio de la agudización de los males de la República neocolonial, manifestó su inconformidad con el golpe de Estado del 10 de marzo de 1952 perpetrado por Fulgencio Batista para instaurarse en el poder por la fuerza e impedir que se estableciera la línea ortodoxa del Partido del Pueblo Cubano, cuyo programa electoral anunciaba mejoras sustanciales de beneficio social.

Testimonios recogidos durante estos años nos dan la medida de un Noel Fernández seguidor de las enseñanzas de Ignacio Agramonte, que lo consolidaron como un patriota de profundas raíces. Es así que a mediados de 1956 se incorpora al Movimiento 26 de Julio fundado por Fidel Castro el año anterior luego de su salida de prisión, como la vía para reorganizar la lucha en todo el país.

Precisamente en las filas del M-26-7 el joven Noel se convirtió en uno de los más valientes e intrépidos, de ahí que ocupara la dirección de Acción y Sabotaje en la provincia Camagüey.

Con su espectacular asalto al carro celular, el 16 de septiembre anterior, había demostrado de lo que era capaz. Un grupo de combatientes detenidos iba a ser trasladado supuestamente hasta el Tribunal, pero al conocer la dirección del 26 de Julio que se pretendía aplicarles la ley de fuga y asesinarlos en la trayectoria, el joven combatiente, acompañado de otros tres, interceptó al vehículo que conducía a los prisioneros y los rescató de la muerte segura.

Justamente es en una de estas acciones en la que Juan, (nombre utilizado para la clandestinidad) pierde la vida el 30 de octubre de 1958.

Junto a sus compañeros Roberto Coello y Ernesto Suárez, Noel prepara un golpe encaminado a boicotear las fraudulentas elecciones previstas para el 3 de noviembre, como una vía amañada para que Batista continúe en el poder y así escamotear el inminente triunfo de la Revolución.

Los hechos son como sigue:

La locomotora número 854 llega al crucero de Saratoga y disminuye la velocidad en el chucho de la Avenida Estrada Palma. Ernesto domina al retranquero y Noel sube a la cabina de la máquina, donde le explica al maquinista que piensan volar la planta eléctrica y privar a la ciudad de este servicio.

El ferroviario se negó tratando de convencer al joven revolucionario de que aquello provocará una tragedia en las viviendas aledañas. Ese tren, a toda velocidad, cargado de combustible y con una granada sin espoleta en la cabina, al estrellarse contra la planta, y estallar la granada, sería capaz de destruir medio barrio.

Noel conmina al amigo: "Rober, sube..." y éste al hacerlo empuña la pistola cargada, y al agarrarse del pasamanos choca contra éste, se escapa un disparo, pero continúa subiendo y le ordena al conductor que levante las manos, quien le indica que su compañero está herido por el proyectil que rebotó en el metal interior de la cabina y, de rechazo, lo hirió mortalmente en el cráneo, por el lado izquierdo con salida por la región lumbar derecha.

Con este lamentable accidente la Patria perdía a uno de sus hijos más valerosos.

{flike} {plusone} {ttweet}