CAMAGÜEY.- Fidel sentenció: “La Revolución, al proclamar la Reforma Agraria el 17 de mayo de 1959, liberó a la masa campesina y a la masa obrera de la explotación: 100 000 arrendatarios, aparceros y precaristas, se convirtieron en propietarios en virtud de esa ley; y en virtud de esa ley, los grandes latifundios extranjeros y nacionales estaban condenados a desaparecer”. “[…] en todo un conjunto de aspectos fundamentales podríamos decir que el 17 de mayo comenzó la liberación de nuestros campesinos y nuestros obreros agrícolas”.

Un antecedente significativo de la trascendental medida cuya concreción respondió al Programa del Moncada, fue el acto de clausura del Primer Congreso Campesino de Camagüey, el 13 de abril de 1959, en el cual se concentraron más de 200 mil personas para escuchar las orientaciones al Comandante en Jefe.

En las palabras centrales de ese acto, el Comandante en Jefe manifestó: “[…] Nunca se vio un entusiasmo semejante, nunca se vio una generosidad semejante, nunca un pueblo entregó su peso con la confianza con que lo está entregando hoy el pueblo cubano; porque sabe que de eso no se perderá un solo centavo; porque sabe que hasta el último centavo se volverá tractor y se volverá crédito para los campesinos, y aquí hoy en Camagüey tuvimos la satisfacción de haber empezado ya a invertir el dinero de la reforma agraria”.

La Reforma Agraria beneficiaba a la inmensa mayoría del campesinado, fueran ganaderos o de otra actividad del agro. En correspondencia, quienes se convirtieron de “Juan sin nada” a “Juan con todo” —al decir de Nicolás Guillén, Poeta Nacional de Cuba (5)—, aplaudieron el histórico acto de justicia con quienes laboraban la tierra en la Isla.

Hay que resaltar que esta era la provincia del país que mayor número de personas estaban “Completamente de acuerdo” con esa Reforma Agraria, con un 85,20 por ciento, a juzgar por una encuesta nacional de la Revista Bohemia, realizada en junio de 1959 —en línea con una encuesta similar realizada en el anterior febrero.

El propio Fidel Castro acotó el 23 de junio de 1959 que “en Camagüey hay una cantidad enorme de pequeños ganaderos, pero enorme, que han sido víctimas de los grandes latifundistas”, quienes amamantaban la contrarrevolución.

“Esa es una verdad, y se viene a demostrar en esta provincia, precisamente provincia ganadera: los enemigos de la Revolución, son una insignificante minoría”.

Y en el siguiente mes de octubre, con la Guía del Comandante en Jefe y del Comandante Camilo Cienfuegos, el pueblo desarticuló el complot contrarrevolucionario del militar traidor que fungía al frente de la Plaza militar de esta provincia.

Seis décadas atrás, la gente del campo en la cuna de Ignacio Agramonte apoyaba las profundas transformaciones en el sector agropecuario; al tiempo que el pueblo camagüeyano respaldaba la Revolución Cubana.