CAMAGÜEY.- El pensamiento de Fidel fue inmensamente apegado al pueblo y lo demostró en Camagüey aquel 4 de enero de 1959, hace hoy sesenta años.

Aquella memorable noche en la Plaza de la Libertad, en la barriada de La Caridad, las masas allí reunidas conocieron el alcance de la filosofía del Líder Histórico en un discurso plagado de visión de futuro.

Fidel en el momento que pasaba por la calle Avellaneda, casi esquina a San Martín.Fidel en el momento que pasaba por la calle Avellaneda, casi esquina a San Martín.

“Cuando hoy atravesaba las calles de Camagüey, donde encontraba tantas caras emocionadas, tantos brazos que se alzaban, cuando parecía que todo era una alegría inmensa en los rostros, yo pensaba en otras cosas.

“Yo decía: cada hombre y cada mujer y cada joven y cada anciano, cada niño, parecía ser feliz. Cualquiera diría que aquella gente no tenía problemas, que aquella gente no tenía preocupaciones.

“Sin embargo, yo decía: detrás de cada rostro que se alegra, cuántas preocupaciones habrá. ¿Cuántos de aquellos hombres y mujeres que caminaban, que rebosaban de júbilo, cuántos tendrían trabajo, cuántos tendrían un centavo en el bolsillo, cuántos podrían tener la seguridad de que si enfermaba un hijo o un hermano iba a tener con qué comprarle la medicina?

“¿Cuántos tendrían un techo decoroso donde vivir? ¿Cuántos tendrían la seguridad de poder comer al otro día? Y estaba seguro de que detrás de aquellos rostros, de que aquel hombre o mujer, cuando pasara el instante y volviera a su casa, volverían a su mente el cúmulo inmenso de preocupaciones de cada hombre o mujer humilde”.

Antes de entrar a Camagüey hizo un alto.Antes de entrar a Camagüey hizo un alto.

Las fotos tomadas por un aficionado hace seis décadas no pierden actualidad. La entrada y recorrido de Fidel por la ciudad de Camagüey, gesto que conmovió a miles y miles de lugareños.

Los niños de aquella época recuerdan el hecho como trascendental e inolvidable... los más viejos, la vitalidad que le imprimió aquel joven abogado a la lucha revolucionaria para derrocar a la dictadura batistiana con un poderio superior en hombres y armas.

Con los años, Fidel quedó cautivado por las bonanzas de estas extensas llanuras y la pujanza de los camagüeyanos por transformar todo el paisaje agrícola y establecer una línea ascendente en la industrialización con modernas fábricas de cemento, de productos químicos y de alimentos.

A la par nacían asentamientos humanos, nuevas plantas generadoras de electricidad, escuelas de todas las enseñanzas, hospitales, planes ganaderos y cientos de kilómetros de viales en zonas donde no había llegado nunca la comunicación.

Fueron innumerables las visitas y recorridos de Fidel por la provincia que le permitieron oxigenarse, incluso, pensar, como lo expresara en 1987, de que Camagüey podría convertirse en un modelo para la construcción del socialismo para Cuba y el mundo.

Todo el mundo recuerda que aquí fue donde alertó al mundo aquel 26 de Julio de 1989 sobre la posible desintegración de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas y en otros momentos en esta tierra sostuvo la idea de que Cuba se podría convertir en una potencia médica mundial y la filosofía inequívoca del socialismo como la ciencia del ejemplo.

En ocasión del aniversario 51 de la entrada de Fidel aquí, el fotógrafo, que hace pocos años falleció dijo: “Para mi es una dicha retratar al Comandante. Lo hice de corazón. Yo nunca pensé que ese 4 de enero iba a tener el honor de tirar las fotos a Fidel, un hecho que no se me olvida”.

Como mismo no se le olvida a los camagüeyanos ni al pueblo de Cuba la grandeza de este hombre que, como Martí, tiene un alcance universal.

El fotógrafo que dejó constancia del recorrido por la calle Avellaneda.El fotógrafo que dejó constancia del recorrido por la calle Avellaneda.