Es imprescindible aprender y aprehender de su Cátedra y reconstruir su estilo de compromiso y vínculo con los trabajadores en toda Cuba

Camagüey.- Para mí escribir de Lázaro Peña González en su cumpleaños (1911/29 de Mayo/2016), resulta un acto entrañable porque desde pequeño escuché a mi Mamá —negra humilde y tabaquera de oficio como él— hablar con emoción de aquel Hombre que en vida política resultó entrega total a la causa de los proletarios del patio, Latinoamérica y otros confines de la Tierra.Con este presupuesto, comparto estas líneas para evocar su Personalidad y la necesidad de alimentar la vigencia de su pensamiento y obra revolucionaria.

Ante todo, resalto que hace unos días leí La indeleble huella de Lázaro donde constan interesantes testimonios sobre el Líder indiscutible de los trabajadores/as en la Mayor de las Antillas en todos los tiempos. Apenas destaco un par de ellos:

Uno, dice: “Fue un formador de cuadros sindicales, y nos enseñó que por encima de todo estaban la unidad y el derecho de los trabajadores, aunque en ello nos fuera la vida”; otro, expone: “Se caracterizó por su capacidad de escuchar pacientemente cualquier criterio, independientemente del sector de donde procediera; razonar y convencer […], de ahí que constituya un ejemplo de lo que debe ser un dirigente sindical que luche por la unidad, de la cual fue un abanderado”.

Es el mismo Lázaro a quien su Mamá Antolina —de oficio, despalilladora de hojas de tabaco— tuvo que criar prácticamente sola en una barriada de La Habana porque enviudó cuando su descendiente tenía diez años; quien ingresó en el primer Partido Comunista de Cuba en 1929 y estuvo recluido en varias ocasiones por oponerse a la tiranía de Gerardo Machado; quien en 1934 fue elegido miembro del Comité Central de ese Partido, Secretario General del Sindicato de Tabaqueros y miembro del Comité Ejecutivo de la Confederación Nacional Obrera de Cuba (CNOC).

Es el mismo Compañero que encabezó la CNOC durante la huelga general de Marzo de 1935; que fue elegido cuatro años después Secretario General de la Confederación de Trabajadores de Cuba (CTC —denominada Central a partir de Noviembre de 1959); que resultó delegado a la Asamblea Constituyente de 1940 en nuestro país; y que por sus méritos prosperó como miembro fundador de la Federación Sindical Mundial en la que se desempeñó como Secretario y Vicepresidente de su Comité Ejecutivo.

Es el mismo Líder sindical que en el Caimán Verde resultó reelegido Secretario General de la CTC entre 1959-1965 —en este último año fue seleccionado miembro del Comité Central del actual Partido Comunista de Cuba (PCC)— y que también se consagró a la preparación del histórico XIII Congreso de la propia Central efectuado en Noviembre de 1973, oportunidad en que otra vez fue aclamado como Máximo dirigente de los trabajadores/as cubanos. En esta altura, ya estaba gravemente enfermo.

Precisamente en ese XIII Congreso, el entonces Primer Secretario del PCC, Compañero Fidel Castro, expresó:

“[…] el Partido no intervino diciendo a quiénes había que elegir: el Partido intervino preguntándoles a los máximos dirigentes del movimiento obrero cuál era el criterio de la masa trabajadora, cuál era el criterio de los sindicatos y cuál era el criterio de los dirigentes obreros acerca de la candidatura que tendría que proponerse al Congreso. Y de manera unánime los dirigentes que hoy integran el Comité Nacional, hablando en nombre de los trabajadores, expresaron que el sentimiento de los trabajadores cubanos es que el compañero Lázaro Peña debía ser el Secretario General de la CTC”

Es el mismo Lázaro Peña González que trabajó y trabajó y trabajó con apenas energías físicas hasta que entró a la eternidad el 11 de Marzo de 1974. Careció de casualidad que el propio Compañero Fidel exclamara en su sepelio: “Inútil era rogarle que moderara sus esfuerzos y atendiera su salud. Era lo único en que este militante modesto, dócil y disciplinado, desatendió los ruegos de sus compañeros y las exhortaciones de su Partido [...] No venimos propiamente a enterrar a un muerto, venimos a depositar una semilla”

Hoy vivimos otros tiempos. Los trabajadores/as en todo el archipiélago nacional estamos convocados a debatir documentos trascendentales emanados del 7mo. Congreso del PCC. Obviamente, corresponde a la CTC y sus Sindicatos a escala del país, a directivos e integrantes del movimiento sindical cubano, aportar a la “conceptualización del modelo económico y social cubano de desarrollo socialista” y al “plan nacional de desarrollo económico y social hasta 2030: propuesta de visión de la nación, ejes y sectores estratégicos”, legajos emanados de la magna cita de la Vanguardia ideo-política cubana.

Particularmente, considero que es pertinente no pasar por alto de la mencionada Conceptualización los “Principios de nuestro socialismo que sustentan el Modelo”, puntualmente su apartado 73 que refleja : “Son relevantes los deberes cívicos y sociales, entre ellos, cuidar la propiedad pública y social, acatar la disciplina del trabajo, respetar los derechos de los demás, contribuir según corresponda, al sostenimiento de los gastos sociales y observar las normas de convivencia socialista"

Considero también que el cuadro de la CTC y sus Sindicatos en todos los niveles, al tiempo que devenga responsable guardián de tales Principios, específicamente de los deberes y derechos aludidos, ha de ser un resultado del sentimiento, preocupación y ocupación de los trabajadores/as cubanos en toda la nación, aspecto manifestado en la insustituible vinculación con las masas como manera de legitimar el reconocimiento a la acción de dirigir en cualquier instancia y modo de evidenciar la vigencia del pensamiento y obra revolucionaria del Capitán de la Clase Obrera Cubana —so pena de estar en presencia de un directivo divorciado de su razón de ser.

Por demás, considero que para que germine la semilla depositada por el Líder Histórico de la Revolución Cubana a nombre de nuestro pueblo ante la tumba de Peña González, a la luz del Aniversario 105 de su natalicio es imprescindible que los compañeros/as que representan a los trabajadores/as, desde la instancia nacional hasta la base, aprendan y aprehendan de su Cátedra y reconstruyan su estilo de compromiso y vínculo con quienes laboramos en la producción y los servicios en toda Cuba. Así estaríamos en presencia de cómo se edifica en el día a día tan excelso Ejemplo de Dirigente sindical, el del mismo Lázaro.

{flike} {plusone} {ttweet}