Tu esfinge de caballero gallardo cabalga hoy sobre el lomo de tu Rocinante, con la adarga al brazo, por llanos y montañas, por cerros, mares y ciudades, sedienta de justicia, de paz y amor, Che Comandante.

Qué triste fue aquel 8 de octubre de 1967, cuando en Vado de Yeso, en la Quebrada del Yuro se enlutó el cielo boliviano y tu cuerpo herido, con tu arma destrozada fue presa segura de los que después, el día 9, aterrados ante tu desafiante imagen, te asesinaron cobardemente en la escuelita de la Higuera, para hacerte inmortal.

Recuerdo que todos lloramos de impotencia. No porque supuestamente te habías ido, sino por la manera en que se ensañaron contigo, porque te cortaron las manos que antes habían empuñado lo mismo el fusil  guerrillero que el estetoscopio de médico.

Qué lúgubre aquella escuelita, qué sádicos e ignorantes tus asesinos. No sabían que las ideas como las tuyas no se matan, que no se esconden, que no se sepultan ni se disuelven en el aire, sino que viajan en el espacio para hacer mejores a los hombres, más justos, más humanos.

Cómo te recordamos. Tus sueños del hombre nuevo no fueron una quimera y mucho menos una utopía. De tu mensaje a la Tricontinental, aquel en que pedías muchos Vietnam para combatir al imperialismo, hoy son una realidad.

El capitalismo está en jaque. Como sistema, por muy poderoso que parezca, está condenado por la Historia. No será de inmediato, pero como modo de producción es ya insostenible.

Tu vida, tu ejemplo, tu imagen de soldado, de estadista, de combatiente internacionalista y solidario en África o en Bolivia, de hombre de ideas avanzadas y antiimperialistas es hoy estandarte que levantan los pueblos en su lucha contra la pobreza, la discriminación, la explotación y la opresión y por una paz justa y duradera en un mundo mucho mejor  y más equitativo.

Por eso, no han podido esconderte los que lo intentaron en tierra boliviana, sepultándote bien hondo, hace 48 años,  Che Guevara, por lo que representa tu presencia y sea por misticismo o por el aliento y la fuerza que trasmites, a ti acuden los que luchan para seguir adelante, los que claman sus derechos, los que quieren vivir y no los dejan, los que como exhortaste, combatirán al imperialismo  donde quiera que estén. ¡Hasta la Victoria Siempre!

A Cuba, desde donde partiste en tu redentora misión guerrillera en los agrestes parajes bolivianos donde reclamaban “el concurso de tus modestos esfuerzos”, regresaste un día con tus compañeros, de un viaje histórico y justiciero, como un destacamento de refuerzo, para hacer avanzar la Revolución que con tu pensamiento y acción combatiente, forjaste triunfante un primero de enero de 1959.  

¡Salud Guevara!

Warning: No images in specified directory. Please check the directoy!

Debug: specified directory - https://www.adelante.cu/images/che_aniversario:300:300:0:0

{flike} {plusone} {ttweet}