GUÁIMARO, CAMAGÜEY.- La abuela preguntó a su nieto: ¿y tú que tiras al agua? Él respondió: tiro flores de variados colores y en cada una de ellas va mi agradecimiento al hombre de la sonrisa amplia y el sombrero alón.

Este pasaje se multiplica cada octubre en ríos, lagos y mares de la mayor de las Antillas, y es que la patria caribeña no olvida a sus valiosos hijos, y entre sus anécdotas más conmovedoras retiene por siempre en la memoria cuando en el año 1959 el líder eterno de la Revolución cubana Fidel Castro Ruz ante las cámaras de la televisión daba a conocer la noticia de la pérdida de Camilo Cienfuegos Gorriarán.

En Guáimaro, el Héroe de Yaguajay recibe el homenaje más sincero y profundo, su espíritu redentor llega a todos como hálito de esperanza, sí, esa esperanza que no defrauda, que estimula y convoca a luchar como él, a ser disciplinado y responsable como él, a jaranear como también él lo hizo en el momento preciso y oportuno.

Pasa el tiempo y Camilo continúa ratificando su distinción de ser hombre de pueblo, pasa el tiempo y el joven guerrillero pervive en el corazón de los que aprendieron a amarle, y es que en el soldado del Ejército Rebelde se resumen valores imprescindibles que dibujan y delatan su indiscutible don de trascender.

Camilo se propaga en las épocas, en las glorias vividas y por vivir, en el amor y la firmeza, en la voluntad y la entrega, en el tesón y el patriotismo.

Camilo también enseñó que Cuba es la casa de todos y para todos los cubanos, tierra donde conviven la justicia y la libertad, en un clima de serena fraternidad. Por estas y muchas otras razones, cada octubre en su honor y recordando su desaparición física, flores y más flores se adueñan de ríos, lagos y mares para reafirmar que Camilo vive en cada contienda, mucho más en la encaminada a construir una sociedad abierta y renovada, más digna del hombre.

Porque Camilo Cienfuegos Gorriarán desde el firmamento alienta y convoca al amor, porque incentiva a ser responsables unos de los otros y compartir en las buenas y malas un destino común, porque como dijo Fidel, “en el pueblo hay muchos Camilos”, los cubanos y muy en especial los representantes de la nueva generación en la región más oriental de Camagüey confirman su deseo de vivir para defender siempre la convicción de que no sólo el presente sea mejor que el pasado, sino que el futuro sea mejor que el presente.