Las huellas del insigne patriota Calixto García Íñiguez, conocido en la historia de Cuba como el General de las Tres Guerras, perduran día tras día en cada rincón de la Isla y especialmente en Holguín, donde nació el cuatro de agosto de 1839.

En la calle San Diego esquina a Rosario, hoy intersección de las arterias Miró y Frexes, en el centro histórico de la ciudad cubana de los parques, se encuentra una de las instituciones que preserva el legado del héroe mambí: su casa natal, declarada Monumento Nacional y abierta al público como museo desde 1974.

El edificio guarda celosamente a través del tiempo objetos personales, documentos y armas del gran estratega militar, quien prefirió estar muerto por amor a la Patria antes de ser hecho prisionero por los españoles, como se precisa en las páginas de la historia de la Isla.

A través de edificaciones y monumentos, las nuevas generaciones de holguineros pueden acercarse a la historia del principal jefe militar de la Guerra Chiquita, con una destacada trayectoria durante el proceso independentista en la nación.

La valentía, el coraje y la defensa de los valores identitarios de la ínsula caribeña sobresalen entre las virtudes que hoy constituyen páginas de estudios y de recuentos del insigne mambí por parte de jóvenes y niños del oriental territorio, a través de actividades docentes y patrióticas en escuelas e instituciones holguineras.

El amor de Calixto García a su país, el cual soñó libre e independiente como lo disfrutan los cubanos desde enero de 1959, está reflejado en su brillante carrera militar y en documentos históricos, como la carta al general norteamericano Willian Shafter.

En esa misiva denuncia la negativa de las tropas intervencionistas de Estados Unidos de permitir que los mambises entraran en Santiago de Cuba, páginas inolvidables de la historia que manifiestan el compromiso del gran militar con la continuidad histórica de la Revolución, según reseña José Abreu Cardet, estudioso de su vida y obra.

Con 29 años de edad, el joven Calixto se incorporó al estallido insurreccional del 10 de octubre de 1868, en el cual las exigencias de la contienda libertadora condicionaron su formación militar.

En esa fecha, se encontraba en su natal Holguín y rápidamente se trasladó a Jiguaní para con numerosos seguidores secundar el levantamiento armado.
Durante su trayectoria protagonizó múltiples combates y sobresalió por su sólida formación militar, adquirida en el fragor de la lucha.

El amplio dominio de la balística de la época le permitió convertirse en el primer jefe mambí en utilizar la artillería, contribuyendo así al desarrollo del arte militar cubano.

Ese hecho ocurrió en el combate de Loma de Hierro, sitio cercano a la localidad donde había visto la luz primera.

Durante septiembre de 1874, en San Antonio de Bajá, camino real entre Manzanillo y Bayamo, tropas cubanas del Ejército Libertador fueron sorprendidas por soldados peninsulares y ante su inminente captura, el insigne mambí decidió en acto de heroísmo dispararse bajo el mentón para privarse de su existencia antes que caer prisionero, pero por fortuna la bala no siguió el curso esperado y pudo sobrevivir. Su frente quedó marcada para siempre por la salida del proyectil. Gravemente herido fue hecho prisionero y enviado a las cárceles de Pamplona y Alicante, en España, donde permaneció cuatro años. Como resultado del Pacto del Zanjón (10 de febrero de 1878), fue puesto en libertad el 29 de mayo de 1878.

Son muchos los centros educacionales y de diferentes esferas de la sociedad que en los dominios holguineros llevan por nombre Calixto García Iñiguez, como la emblemática plaza de la Revolución, el estadio de béisbol y el céntrico parque de la capital provincial, entre otros.

En el territorio, con más de un millón de habitantes, existe un municipio que también se identifica con el legado del insurrecto patriota, ubicado en el oeste de la cabecera provincial, conocido antes por Buenaventura y con un profundo arraigo de independentismo desde el comienzo de la Guerra de 1868.

Calixto García murió en EE.UU. el 11 de diciembre de 1898, a consecuencia de una pulmonía, pero su legado de general de generales identificado por su estrella en la frente, renace en todo Holguín, donde este cuatro de agosto se recuerdan los 179 años de su nacimiento.

Del insigne patriota, el General de Ejército Raúl Castro Ruz, primer secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, expresó:

"Calixto García fue un ferviente convencido del valor y la trascendencia del ideal que defendía y de sus dos más valiosas cualidades: el patriotismo inclaudicable y la voluntad a toda prueba".