Desde este balcón se dirigió Fidel al pueblo agramontino el 4 de enero de 1959. Fotos: Enrique Atiénzar Rivero/AdelanteDesde este balcón se dirigió Fidel al pueblo agramontino el 4 de enero de 1959. Fotos: Enrique Atiénzar Rivero/AdelanteCAMAGÜEY.- Los camagüeyanos en vigilia unos y otros a la espera de la partida, tras doce horas de permanecer las cenizas de Fidel en el salón Jimaguayú de la base del monumento de la Plaza de la Revolución Mayor General Ignacio Agramonte, amanecieron en las calles y colmaron toda la Avenida de La Libertad y el trayecto desde la calle Cuba hasta la salida vía Oriente donde aguardó otra multitud.

En el mismo punto donde el 4 de enero de 1959 se dirigió a los camagüeyanos de esta legendaria e histórica ciudad, el pueblo vio pasar ante sus ojos la urna, resguardada por la enseña nacional, en medio de una emoción indescriptible y de lágrimas que brotaban desde lo más hondo de los corazones.

El Himno Nacional silenció la plaza. A las 7:10 a.m. Fidel estaba nuevamente entre nosotros, llamándonos al combate, a no dejar caer las banderas de la Revolución y a ser fieles a la historia que tanta sangre y sacrificios ha costado.

Volvían a repetirse las exclamaciones que hemos escuchado en todos estos días a lo largo y ancho del país: "Fidel, Fidel"; " yo soy Fidel", síntesis de un pensamiento y una interpretación de que su figura jamás será olvidada mientras hayan hombres y mujeres de la estirpe suya, forjada con el antiimperialismo de Martí, el bronce del Titán y la rebeldía del Che.

Momento en que transitaba la urna por la plaza en que habló el 4 de enero de 1959.Momento en que transitaba la urna por la plaza en que habló el 4 de enero de 1959.

Laurita Castelló habló en nombre de todos los camagüeyanos y de manera especial de los pioneros; expresó el orgullo que significa la obra de Fidel “y lo mucho que hizo por nosotros el más rebelde...y el más humano de todos nosotros, el responsable de millones de sonrisas multiplicadas”.

¡Cómo olvidarlo! El de hoy es un día significativo, 60 años atrás, el Granma llegaba a Las Coloradas, nacía así las invencibles Fuerzas Armadas Revolucionaria, que él honró con su grado de Comandante en Jefe.

La pionera tuvo razón. Fidel es la luz que ilumina a nuestro pueblo, representa a los héroes del pasado y el presente, que mantiene los sueños vivos, cómo no admirarlo, cómo no querer seguir su ejemplo y dijo a los traidores y a los causantes de las agresiones contra Cuba que "él murió victorioso".

"Lamentó no cumplir mi sueños de conocerlo personalmente, pero sé, dijo, que te llegó mi carta y me queda otro sueño, el de honrarte con mi actuar y el compromiso revolucionario que es el sueño de millones pioneros".

"En nombre de este pueblo que te llora, resumió Laurita, te agradezco todo, porque eres vanguardia, eres luz, progreso, creación, compromiso, eres verdad, libertad, eres vida".