NAJASA, CAMAGÜEY.- A Yaimí Victoria Basulto, la primera secretaria del Partido Comunista de Cuba en el municipio, su pueblo le ha pedido ayuda. Muchos quieren estar en la Carretera Central el próximo 2 de diciembre para ver pasar el cortejo fúnebre de un hombre que sienten parte de su familia. Y ella los va a ayudar en ese justo propósito.

"Cuatro ómnibus y dos carros ligeros llevarán ese día a 200 habitantes de nuestra localidad a donde podamos dar ese adiós triste, pero necesario, al hombre que iluminó nuestra Cuba para siempre. Sé que son más los que desean estar, ojalá fuera posible. Seguramente quienes viven más cerca de la vía podrán llegarse por otros medios. Allí estará una representación de Najasa, que saludará con el respeto que merece, el último paso de Fidel por la provincia", explica.

Yanay Alonso Morales así lo siente. La joven de 31 años sabe que vive un momento trascendental en la historia, uno que nunca deseó poder contar. "Desde lo racional entendía que lo mas probable es que mi Comandante partiera de este mundo antes que yo, pero, como muchos amigos de mi generación, como los de las generaciones de mis padres y abuelos, como todos los que tuvimos el privilegio de coexistir con él y conocer su grandeza, hubiera entregado mi vida por la suya. Pero, como no es posible, juro darme por entero a las causas justas, juro pensar qué haría él a cada paso. es lo mínimo que puedo hacer por quien nunca puso límites a su lucha por los demás", afirmó emocionada.

Fueron más de 10 3000 najasenses los que entre ayer y hoy plasmaron su rúbrica en un libro jurando convertir en hechos el más completo concepto de Revolución, el que el Comandante nos compartiera el primero de mayo del año 2000.

Es notable que aquí, en este rincón de Camagüey, lejano del Holguín en que nació y de la Sierra en que dejó crecer su mítica barba y forjó su estirpe guerrillera, y aún más distante de La Habana, ciudad que tantos momentos de su vida política atestiguó, Fidel también vivió todos estos años. Por eso en Najasa se llora la partida de su cuerpo y con tributos de amor y dolor se confirma la eternidad de su ejemplo.