Aquel domingo volvió a demostrar su pasión por el béisbol. Era el cinco de julio de 1964 en Varadero, y Fidel fue el lanzador del equipo de Camagüey, en un juego fraternal contra el de Pinar del Río.

Había invitado a los dos planteles a enfrentarse en la playa más famosa de Cuba, en un día de descanso, en un campeonato nacional juvenil.

El Comandante en Jefe asumió una tarea nada sencilla, pues ocupó una de las posiciones esenciales en la lógica aspiración de los camagüeyanos de ganar, y también participó en un desafío a cargo de jóvenes bien entrenados y de alto rendimiento en su categoría de edades, en uno de los países mundialmente más fuertes en el béisbol.

Algunos compañeros del líder de la Revolución  participaron, además, en el encuentro, entre ellos, Osmany Cienfuegos, quien se desempeñó en la segunda base del conjunto vueltabajero.

Calificado en términos populares, el pitcher de Camagüey tenía el brazo “prohibido”. La arremetida fue contundente y solo permitió cuatro imparables.

Hasta finalizar la sexta entrada los pinareños permanecieron en blanco en la pizarra, en la séptima anotaron dos carreras y en la novena las dos restantes. No obstante la reacción de los adversarios, el triunfo camagüeyano fue  extraordinario: 15-4.

Siempre con Fidel como lanzador en su plantel, los ganadores registraron 17 jits y cuatro los perdedores. Tras el partido, el entonces Primer Ministro del Gobierno Revolucionario realizó una serie de lanzamientos recibidos por Osmany Cienfuegos.

Después se reunió con  representantes del  deporte y ratificó su extraordinaria afición por ese sector.

Se interesó, además, entre otros competidores, por los velocistas Berta Díaz, Miguelina Cobián y Enrique Figuerola, y sus posibilidades de competir en los Juegos Olímpicos de Tokío, que se celebrarían del 10 al 24 de octubre del referido año.

Fidel dialogó también acerca del programa de Educación  Física, elogió sus resultados y aludió a las perspectivas de incremento de esa disciplina en los niveles escolares.

Fue una de las jornadas torrenciales en las que Fidel compartió de tú a tú con el pueblo. Esta vez jóvenes deportistas.

La referencia al domingo cinco de julio de 1964 figura reportada el martes siete, en la sección deportiva en el diario agramontino Adelante,  en un texto acompañado  de estadísticas del partido y  una foto que refleja al Comandante en Jefe enfrascado en su faena desde la lomita.

Fechada en La Habana, la noticia  tiene el siguiente título:

Lanzando para solo 4 imparables Fidel Castro hizo triunfar al equipo Camagüey.

La página inserta a su vez, entre otras informaciones, la titulada:  Miguelina Cobián ganó los 200 metros en Moscú con tiempo de 23.7.  Han transcurrido 52 años de aquel juego. Está conservado en una reseña periodística, y en el recuerdo de unos pocos.

Han pasado más de 19 mil días y no debe fugarse de la memoria de estos tiempos ni del futuro.

Porque aquel desafío no pertenece solo al béisbol, sino también a la conducta de un Comandante que entre las enseñanzas del Apóstol siempre en su corazón y en sus manos, supo que toda la gloria del mundo cabe en un grano de maíz.