Casi al amanecer luego de 10 horas de intensas emociones, cuando parecen agotadas todas las historias, siempre aparece algo nuevo, algo noticiable, y no son precisamente los 15 oradores o los 44 números culturales que durante toda una noche y madrugada mantuvieron vivo al Gigante, esta vez una de las tantas noticias generadas desde aquí, son unos muchachos de los que nunca se habla, los chicos del audio.

Según nos cuenta Bárbaro Rodríguez Acosta llevaban tres días preparando esta velada y vigilia del pueblo camagüeyano al hombre de verdeolivo, “normalmente cobramos 8 mil pesos, pero esto es por Fidel, no podíamos cobrar en una actividad dedicada a un hombre como él, que dio tanto sin recibir nada a cambio”, dijo el dueño de Sonido Bandera, uno de los tantos trabajadores por cuenta propia que donaron su labor, esta noche, a él, si, para aquel no creyó en imposibles, desafió la muerte y fundó un país.

Aquí amanecieron jóvenes y no tan jóvenes, universitarios y estudiantes del pre, porque para recordar al Caballo de Cuba no importan edad y nivel cultural, solo basta con ser agradecido, quizás por ello cientos de camagüeyanos se dieron cita aquí, en el mismo lugar donde nos dijo que aún en las peores circunstancias seguiríamos nuestro camino, para decirle que seguimos y seguiremos siempre su camino, su proyecto de país.

Toda una noche, artistas, periodistas, pueblo, desafiaron las bajas temperaturas de una madrugada de diciembre, aquí frente a El Mayor, donde mismo hace un año cientos vinieron a decirle un Hasta Siempre que no supiera a despedida, porque con él nos rencontraremos a diario, si porque Fidel es Cuba y Cuba es Fidel.

 Foto de Jorge Enrique Jerez BelisarioFoto de Jorge Enrique Jerez Belisario

 

Foto de Jorge Enrique Jerez BelisarioFoto de Jorge Enrique Jerez Belisario