CAMAGÜEY.- Al atardecer el 23 de marzo de 1972, la expedición arqueológica dirigida por el Dr. Antonio Núñez Jiménez penetró en la cueva de Los Generales al este de la Sierra de Cubitas y levantó campamento en el salón central, una parte del cual se encuentra desplomado con grandes árboles en su interior.

El grupo de trabajo estaba integrado por especialistas de la Academia de Ciencias de Cuba con la misión de completar con nuevas técnicas, estudios sobre pictografías recién descubiertas en esta región espeleológica.

Esa misma noche iniciamos el trabajo de calcar los dibujos en una de las galerías de la cueva y la búsqueda en dispersos puntos de restos de lajas de sílex y de cerámica aborigen. Casi a medianoche y en el entorno de la hoguera, tras la comida y hamacas de por medio, tuvimos una charla animada sobre diversos temas y en uno de los giros Núñez rememoró el viaje que Fidel había realizado a Camagüey durante los momentos iniciales de la aplicación de la Ley de la Reforma Agraria.

 Fidel con Antonio Núñez Jiménez, director ejecutivo del Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA) .Foto:Toma  fidelcastro.cu Fidel con Antonio Núñez Jiménez, director ejecutivo del Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA) .Foto:Toma fidelcastro.cu

“Una de las primeras tareas que me encomendó Fidel fue la de crear una Oficina de Planes y Coordinaciones Revolucionarias para constituir la comisión que redactaría la Ley de Reforma Agraria. Considero que uno de los momentos más felices en la vida de Fidel fue cuando regresó a la Sierra, a La Plata, para la firma de la Ley el 17 de mayo de 1959: él siempre considero esta fecha como una de las más importantes de la historia de Cuba.

“No pasó un mes para que la Asociación Provincial de Ganaderos de Camagüey rechazara la Ley y comenzaran a conspirar. Es por eso que se da el viaje de Fidel a esta provincia y utiliza la televisión camagüeyana para desenmascarar una maniobra con la cual los ganaderos estaban conscientes de las dificultades que le iban a provocar a la Revolución. Ya para esa fecha habían paralizado los trabajos en sus haciendas para producir malestar en el campo y dañar la economía del territorio. Luego de explicar la ofensiva que desarrollaría la Revolución para enfrentar la conspiración de los ganaderos Fidel anunció la intervención de las fincas de cebadores de ganado de más de100 caballerías. Eso fue un duro y sorpresivo golpe para ellos y mucho más cuando Fidel les dijo: Bueno, en este mes llega la Revolución a Camagüey, ¿comprenden?.”

Sobre este tema Núñez Jiménez escribiría años después un interesante capítulo en su libro En Marcha con Fidel: “La llegada de la Revolución a Camagüey agudizó naturalmente la lucha de clases en la provincia con más latifundio en Cuba. No tardarían en caer las caretas no solo de los latifundistas, quienes, de forma farisaica ofrecieron al INRA algunas novillas para confundir al pueblo sobre sus verdaderos propósitos, sino que también caería la máscara revolucionaria de Huber Matos. Es de esa oportunidad cuando el comandante Camilo Cienfuegos dijo con su insustituible gracejo criollo “con novilla o sin novilla, le partimos la siquitrilla”.

Horas después estábamos aún calcando pictogramas en el fondo de las cuevas cubiteras y casi olvidamos aquella charla; sin embargo, al leer el capítulo señalado recordé la escena y partes de la conversación que luego Núñez amplió en su libro.

De Los Generales les diré que a partir de esa expedición y presentada la investigación en el Simposio Internacional de Arte Rupestre, realizado en La Habana en 1975, entró en el catálogo de la arqueología universal como una de las más importantes de Cuba y el Caribe. La Revolución había llegado a la arqueología indocubana.