CAMAGÜEY.- ¿Qué lugar de Cuba, qué hecho nacional o internacional le fue ajeno a Fidel? Por donde quiera, a su paso dejó la impronta del revolucionario capaz de convertir en realidad los sueños de millones.

Así sucedió también Camagüey, donde fundó vínculos profundos con numerosos hombres y mujeres, muy en particular de la mano del deporte.

En esta región Fidel asistió a diferentes eventos. Entre los más significativos se cuenta un partido de baloncesto disputado por los equipos de Cuba y China en el auditorio Iván Hidalgo Funes. De aquella noche se recuerda una anécdota que refleja la integridad moral del Comandante.

Tuvo lugar luego del pitazo final, cuando Fidel bajó a la cancha y se dispuso a jugar por un rato con el entonces presidente del Inder, José Llanuza, y otros compañeros. Cuentan los presentes que en ese momento se les acercó el encargado del mantenimiento en la instalación y les pidió que se descalzaran de las botas que llevaban y se pusieran tenis, pues el tabloncillo había que cuidarlo. Ante la sorpresa de muchos Fidel fue el primero en comenzar a cumplir la orientación, mientras felicitaba al compañero por su responsabilidad y sentido de pertenencia. “Esa es la actitud de los verdaderos revolucionarios”, dijo, “preservar los bienes que son de todos”.

El estadio Cándido González Morales fue también escala habitual para el Líder de la Revolución. Entre sus visitas vale apuntar la realizada durante el Torneo Internacional de Boxeo Giraldo Córdova Cardín de 1974, en cuyo cartel final el gran Teófilo Stevenson derrotó al soviético Piort Zaev en la división de más de 81 kilogramos. Ese propio año, el 21 de noviembre, Fidel asistió a otro compromiso celebrado en el parque de la Avenida 26 de Julio: el desafío beisbolero entre las selecciones nacionales de Cuba y Japón, ocasión en la que se efectuó el retiro oficial de “Don” Miguel Cuevas.

Dos años más tarde, con motivo de la visita del presidente de Panamá, el general Omar Torrijos, el Comandante volvería a sentarse en los palcos del primer estadio construido por la Revolución, la velada tendría el sello de una gala boxística protagonizada por los integrantes de la preselección Cuba.

PALACIO DE LOS CAMAGÜEYANOS

Transcurre el 27 de julio de 1989. El día anterior Fidel pronunció un discurso histórico en la Plaza de la Revolución Ignacio Agramonte. Durante el mismo ha ratificado que Cuba continuará la construcción del socialismo, incluso si se queda sola en ese camino.

Ahora recorre “una de las mejores salas polivalentes del país”, según sus propias palabras. Esa mañana decidirá renombrar el gigantesco edificio, construido en poco más de un año como saludo a la efeméride moncadista. “Este es un palacio, es el Palacio de los Deportes Rafael Fortún Chacón”, sentencia, mientras aprecia el recién instalado tabloncillo del salón central. En un momento del recorrido anticipa que ese será escenario de grandes alegrías para la afición camagüeyana.

La historia, como siempre, se encargó de darle la razón.