CAMAGÜEY.- Aunque nuestra directora siempre nos aconseja que todo el año es buen tiempo para escribir sobre las consecuencias del bloqueo para nuestro pueblo, cuando llega octubre nuestros medios de prensa desvisten con ardores multiplicados esa inhumana política de aislamiento y asfixia.

Hoy Cuba presentó por vigesimoquinta ocasión en la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU) el informe “Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba”. Otra victoria.

Pero, no por reiterativas el reclamo de Cuba pierde fuerza, nervio. La amplia mayoría apoyó nuevamente nuestras verdades, nuetras razones.

El histórico pronunciamiento nada tiene que ver con mera necedad de Cuba y los cubanos. El cerco no solo (de) limita nuestra economía y dilata carencias y privaciones, también gana el adjetivo de inhumano porque apura tristezas, las de todo un pueblo. Qué se siente al descubrir que el medicamento específico para ese niño (des) conocido que nos ponen en la pantalla (o está bien cerca nuestro) no puede “nadar” la menor distancia o probar aquí su efectividad, justo cuando la palabra esperanza para aquel padre, abuelo, hijo, o hermano comienza a emborronar el significado. Un cálculo “simple”, más allá de las finanzas.

Esta vez Estados Unidos se abstuvo en la votación y le siguió el sumiso Israel; ningún país marcó el No, y 191 dijeron Sí al fin del bloqueo. Samantha Power, embajadora estadounidense ante la ONU reconoció que “La resolución que se vota hoy es un ejemplo perfecto de por qué la política estadounidense de aislar a Cuba no estaba funcionando. En lugar de aislar a Cuba (...) nuestra política aislaba a Estados Unidos”.

Sin dudas este es un paso de avance en el difícil camino hacia la normalización de las relaciones entre Washington y La Habana, pero el bloqueo y sus prohibiciones arbitrarias persisten. Hasta la fecha, Cuba ha perdido 753. 668 millones de dólares en casi seis décadas de bloqueo.

“Es necesario por tanto juzgar por los hechos. Lo importante y concreto es el desmontaje del bloqueo, más que los discursos, las declaraciones de prensa o incluso el voto de una delegación en esta sala”, sentenció el canciller cubano Bruno Rodríguez Parrilla durante su alocución.

Aunque el presidente Barack Obama ha abogado por el cese del bloqueo, mucho pudiera hacer aún antes del fin de su mandato para despojar de contenido esa política. Por otra parte, ¿o en el mismo sentido?, el Congreso norteamericano, decisor principal, continúa desconociendo la voluntad de la comunidad internacional, la voluntad de los cubanos. ¿Se podrá ser tan sordo?