CAMAGÜEY.- Pareciera como si entre tantos solo hubiera un solo sentir, un solo comportamiento, una sola voz. Esa sensación quedó conmigo luego de visitar el hospital provincial docente de Oncología María Curie de esta ciudad. Allí, donde cada trabajador, desempeñe el cargo que fuere, ofrecen ciencia, soluciones a las afecciones de sus pacientes, por lo general muy complejas, y mucho amor acompañado siempre del hálito de la esperanza de vivir con una mejor calidad.

Ese sentir al que me refiero fue uno. Conocer o mejor, dar a conocer, cuánto influye negativamente en los cubanos el bloqueo económico, comercial y financiero, impuesto a Cuba desde hace 55 años por los Estados Unidos de Norteamérica, y es ese uno de los daños más crueles que sufre el pueblo cubano sin merecerlo, sin perjudicar a alguien, todo lo contrario, por ser una parte del mundo que escogió el camino, incluso, de ayudar a los más excluidos bajo el precepto de brindar parte de lo poco que tiene. Ese ha sido el mayor y único pecado.

El cáncer es una dolencia que va convirtiéndose en una enfermedad crónica, como otras sin causas justificadas, por lo tanto, exige de tratamientos de larga duración y hay mejoría en la calidad de vida aunque no siempre haya una recuperación total como ocurre con las de conocidas como agudas.

En esta ocasión escuchamos voces autorizadas, no por ocupar cargos importantes, sino por “chocar” en el día a día con ese sufrir que es el de no contar, en el momento oportuno, con los citostáticos recogidos en el protocolo médico ante un padecimiento de esta naturaleza.

Mario Mendoza del Pino, Doctor en Ciencias Médicas, Máster en Humanidades Médicas, especialista de II Grado en Oncología, Profesor Consultante y Titular de la prestigiosa institución hospitalaria, quien lidera el Grupo Provincial de Oncología y los licenciados Oneyda Sotolongo y Orestes Membribe ofrecieron sus experiencias, ni una sola halagüeña, por la ausencia de medicamentos o la rotura de un equipo; los primeros a veces en falta y otras traídos mediante terceros países con el consabido encarecimiento de sus costos; y en los segundos como sucedió con el de braquiterapia, sin remedio porque está obsoleto y no hay posibilidad de adquirir sus componentes, o el déficit de material para equipos de Rayos X.

Sin embargo, los cubanos, sobre todo los del sector de la Salud, no por gusto llamados el ejército de batas blancas, han sabido sortear con inteligencia, dignidad y con mucho esfuerzo, cada uno de los obstáculos encontrados en el camino, con el empeño de dar vida, alargarla o que sea con la mejor calidad, en dependencia de cada caso.

El colectivo de la institución antes de adentrarse en sus labores denunció cuánto daña el bloqueo al pueblo cubano. El colectivo de la institución antes de adentrarse en sus labores denunció cuánto daña el bloqueo al pueblo cubano. 

Esos atributos van acompañados de las ventajas del sistema de Salud, gratuito y con total cobertura, con una fortaleza vital en su atención primaria que responde también al programa de diagnóstico precoz de la enfermedad, seguimiento en la secundaria y hasta en la terciaria, si fuera necesario.

Quienes laboran en los centros de Electromedicina, u ocupan esa responsabilidad en las instituciones de la Salud se convierten en verdaderos magos a la hora de recuperar equipos que a los ojos de otros serían hasta dados de baja.

Aún con estas dificultades, en ese hospital fue entregado un Tomógrafo Axial Computarizado (TAC) de 16 cortes a un costo de 690 777 pesos, por concepto de equipos y gastos en la construcción del local destinado porque lleva implícito el cumplimiento de requerimientos muy específicos. El Estado cubano garantizó, además, un equipo de Cobalto 60 (emite rayos gam­ma y es el isótopo que más se utiliza en radioterapia), una Cámara Ganma (dispositivo de captura de imágenes, comúnmente utilizado en medicina nuclear como instrumento para el estudio de enfermedades), sin lugar a dudas, todo lo que resultaría más barato sin las restricciones del bloqueo.

Allí tampoco falta la asistencia médica de calidad, parte vital del concepto de control del cáncer, de ahí el logro indiscutible de la Salud en Cuba, que es la supervivencia en personas con cánceres avanzados.

No olvidar que el 63 por ciento de los ensayos clínicos realizados en el país corresponden a las diferentes localizaciones de cáncer; la promoción en esa rama está dada igual a reducir factores de riesgo e incentivar estilos de vida favorables.

Duele conocer que laboratorios de otras naciones no pueden vender productos a Cuba porque han sido comprados por filiales norteamericanas. Tampoco pueden adquirirse en dependencias de Salud del vecino del norte otros medicamentos como los antibióticos por vía oral para niños pequeños, saborizados y con otros tipos de presentación.

En el archipiélago cubano se corre el riesgo, todos los días, de que la falta de un medicamento modifique el buen resultado probado científicamente, tenga la edad que tenga el enfermo. Las prohibiciones no tienen nombre, no tienen edad, pero sí tienen mucha maldad, mucha insensibilidad.

La Asamblea General de la ONU votará mañana un nuevo proyecto de resolución sobre la necesidad de levantar el bloqueo estadounidense contra Cuba, ocasión en la que se espera el rechazo total a tan vil determinación por vigesimoquinta ocasión consecutiva. El año pasado, la resolución obtuvo 191 de los 193 votos posibles.

De momento, Cuba y Estados Unidos firmaron un histórico memorando de entendimiento para la cooperación en el control del cáncer. Esperemos.