Así venía ocurriendo desde el campeonato anterior, cuando tras derrotarlos en las tres primeras rondas de desafíos, los camagüeyanos vieron cómo los espirituanos se transformaban en su peor pesadilla del calendario regular.

Este año la historia seguía derroteros similares, pues a los de la Tierra del Yayabo no los amedrentó ni la visita al parque Cándido González, ni el enfrentar a principal abridor de los lugareños (Dariel Góngora, notable el sábado, con diez ponches y par de boletos). Como resultado, en los tres partidos iníciales los triunfos fueron a sus hojas de anotación y su rivales vieron como se esfumaba la ligera ventaja que habían acumulado en los primeros compromisos del actual torneo.

Sin embargo –y creo que aquí radica lo importante– hoy los nuestros pudieron contar con dos de sus brazos más prometedores (Quiroz y Cousin) y con la aparición breve pero siempre necesaria de Dairon Blanco, quien disparó incogible y sirvió como bujía inspiradora para el conjunto.

Respecto al juego solo apuntaré que los lugareños penaron para rubricar sus dos anotaciones, las cuales llegaron por cuenta de la tanda baja (triple de Leonel Moa y doble de Luis Gómez). De ahí en más, las amenazas nunca pasaron de eso y casi siempre terminaron dejando hombres sobre las almohadillas, en una historia ya conocida por sus seguidores y que puede terminar costándoles muy caro.

Como ya decía, lo más significativo de la tarde se vio sobre la colina de los suspiros: los nuestros no solo no permitieron carreras sino que se mantuvieron dominantes a lo largo de toda la ruta (en las contadas ocasiones en que atravesaron por dificultades, ambos serpentineros se las ingeniaron para autorrelevarse y mantener una hermeticidad que mucho aclara en torno a sus condiciones para apuntar a metas mayores; Cousin, por ejemplo, repartió cinco ponches en tres innings de labor).

Al cierre de esta segunda subserie contra Sancti Spíritus, “Roly” Hernández y sus pupilos tienen como principal punto pendiente la producción de carreras. Mientras se adueñan del liderato del grupo en cuanto a pitcheo (3.43), sus dígitos ofensivos descienden hasta el tercer puesto en average (.244) y la cuarta posición en anotadas e impulsiones (27 y 22, respectivamente).

En suma, demasiado poco para superar a formaciones como Sancti Spíritus, principal candidato a hacerse con el cupo que otorga la llave la llave regional de cara a las semifinales de agosto próximo.

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