En nuestras cercanías echan amarras los propios holguineros (11-15), y Pinar del Río y Sancti Spíritus, que antes del comienzo de los desafíos de la jornada acumulaban 10-13 y 11-15, por ese orden.

No muy lejos, aunque ya con otros derroteros, se dibujan las siluetas de Las Tunas (12-13) y Cienfuegos (12-15), empeñados es desbancar a alguno de los convidados que hasta ahora marcan turno para la etapa élite.

Digo lo anterior solo con el fin de ponernos en contexto y repitiendo mi afirmación del principio: aun con sus infinitos tropiezos, Camagüey no está lejos de los ocho grandes (recuérdese que hoy la “cuota de admisiones” abrió en torno a los catorce éxitos”, cuatro más que los archivados por nuestro equipo).

Dejo a su criterio el valuar tantas derrotas sufridas de forma inexplicable, muchas veces cuando ya se colgaban los últimos outs en la pizarra.

No se descubre ningún secreto al afirmar que en esta campaña cualquier selección puede dar la clarinada. Lo confirman ejemplos como el de Granma, ante el cual la escuadra tricolor cayó más por sus propios errores que por los arrestos del contrario. Sin embargo, los Alazanes dominan la tercera plaza clasificatoria, mientras nosotros...

Otro ejemplo válido es el de Holguín, un equipo que siempre sale a pelear sus encuentros y no pudo arrancarle el triunfo a la tropa que dirige el mánager Esteban Lombillo.

Es cierto que sobre la lomita estaba Norge Luis Ruiz, y ya esas son palabras a tener en cuenta. Pero siendo justos hoy no fue uno de sus mejores días. Nueve hits y solo dos ponches en 6.2 dan fe de que las cosas no siempre le fueron fáciles. De hecho, en la salida toleró par de carreras, una de ellas limpia, y cuando abandonó del box, lo hizo dejando hombres en circulación.

Ahí nos topamos con la primera explicación para entender el buen resultado de la fecha: Yormani Socarrás. El “Cañonero de Los Coquitos” se presentó esta tarde muy recuperado, caminó 2.1, ponchó a dos, permitió un hit y –lo más importante– no dio boletos.

Con el pitcheo en buen camino, el interés de los Toros se concentró en la ofensiva, que tuvo su pilar fundamental en Rafael Lastre, un hombre acostumbrado a distinguirse sobre todo defendiendo en el infield pero que esta vez cobró realce también madero en ristre. El jonrón que rubricó en el segundo capítulo, con par de compañeros sobre las almohadillas, marcó la tónica del compromiso. Ya en el noveno sendas impulsadas de Héctor Hernández y Dairon Blanco llegarían para complementarlo.

La sonrisa de hoy (oncena frente a 17 fracasos) sirve para corroborar los apuntes que resaltaba al iniciar este comentario. Ni hay rivales tan invencibles, ni hay puestos con dueños seguros para la segunda fase. Con todo y su esfuerzo, creyéndolo incluso más que nosotros, Holguín tiene nuestra misma cosecha de victorias. 

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