Por lo visto hasta ahora, los nuestros tienen como principal escollo la producción de carreras. Y es que pese a mantenerse en torno a la quinta plaza en cuanto a average ofensivo, sus registros en anotadas (66) e impulsiones (54) los hacen descender hasta la oncena y decimotercera posiciones, respectivamente.

Pocas llegadas al plato, y una defensa que falla en momentos cruciales y se mantiene octava (.959) son los principales ingredientes que han matizado la actuación de los camagüeyanos quienes, sin embargo, mantienen vivas las esperanzas de agenciarse uno de los boletos reservados para los dos mejores segundos lugares del torneo.

Que lo logren en buena medida dependerá del aporte de hombres como Henry Quintero, líder en cuadrangulares (4) y slugging (.969), y que promedia .339 en sus comparecencias y alcanza los trece compañeros traídos hasta la goma. También Leonel Segura (average de .356 y seis empujadas) y Luis González Ascuy (.279 y once) están llamados a remolcar al equipo en sus aspiraciones de triunfo.

La inoportunidad de los maderos ha sido determinante en los tropiezos de la formación tricolor, sobre todo durante las últimas jornadas, en que archivan cuatro victorias y seis descalabros. Solo así puede comprenderse que Dariel Góngora, el lanzador con más ponches del campeonato (35 en 29 capítulos de actuación), ostente saldo negativo de 1-3, pese a su excelente promedio de carreras limpias (2.17) y a que los bateadores rivales le conectan para discreto .179.

Se trata de una asignatura pendiente en nuestra pelota, que los muchachos del Sub-23 deberán resolver de cara a una pretendida clasificación. O lo consiguen o no habrá más que hablar.

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