CAMAGÜEY.- El 16 de marzo de marzo de 1889 aparecía en el The Manufacturer de Filadelfia un artículo ofensivo bajo el título "¿Queremos a Cuba?", el cual, cinco días después sería reproducido de manera parcial en otro texto anticubano "Una opinión proteccionista sobre la anexión de Cuba" en The Evening Post.

Ante la cantidad de planteamientos pretenciosos de desmoralizar a los cubanos que habían padecido diez años de una cruel y devastadora guerra, José Martí escribió y exigió fuera publicada una respuesta, documento que ha trascendido en nuestra historia con el nombre de Vindicación de Cuba, publicado en The Evening Post el 25 de marzo, fechado 4 días antes, -- el 21 -- en New York.

La vigencia y actualidad de este documento bien merece una reflexión al respecto, sobre todo porque es este uno de los tantos alertas a tener en cuenta si de relaciones Cuba- Estados Unidos se trata. Por ahora le dejo en compañía de algunos fragmentos, y si lo desea del texto íntegro en Vindicación de Cuba.

"(...) No es este el momento de discutir el asunto de la anexión de Cuba. Es probable que ningún cubano que tenga en algo su decoro desee ver su país unido a otro donde los que guían la opinión comparten con respecto a él las preocupaciones sólo excusables a la política fanfarrona o la desordenada ignorancia. Ningún cubano honrado se humillará hasta verse recibido como un apestado moral (...) Hay cubanos que por móviles respetables, por una admiración ardiente al progreso (...) por el desdichado desconocimiento de la historia y tendencias de la anexión, desearían ver la Isla ligada a los Estados Unidos. Pero los que han peleado en la guerra, y han aprendido en los destierros; los que han levantado con el trabajo de las manos y la mente, un hogar virtuoso en el corazón de un pueblo hostil; los que por su mérito reconocido como científicos y comerciantes, como empresarios e ingenieros, como maestros, abogados, artistas, periodistas, oradores y poetas, como hombres de inteligencia viva y actividad poco común, se ven honrados donde quiera que ha habido ocasión para desplegar sus cualidades, y justicia para entenderlos (...) no desean la anexión de Cuba a los Estados Unidos. No la necesitan (...)

"(...) No somos los cubanos ese pueblo de vagabundos míseros o pigmeos inmorales que a The Manufacturer le place describir; ni el país de inútiles verbosos, incapaces de acción, enemigos del trabajo recio, que, junto con los demás pueblos de la América española, suelen pintar viajeros y escritores. Hemos sufrido impacientes bajo la tiranía; hemos peleado como hombres, y algunas vecs como gigantes, para ser libres (...)

"(...) The Manufacturer nos llama, un pueblo "afeminado". Esos jóvenes supieron levantarse un día contra un gobierno cruel, pagar su pasaje al sitio de la guerra con el producto de su reloj o de sus dijes, vivir de su trabajo mientras retenía sus buques el país de los libres en el interés de los enemigos de la libertad, obedecer como soldados, dormir en el fango, comer raíces, pelear diez años sin paga, vencer al enemigo con una rama de árbol, morir -- estos hombres de diez y ocho años, estos herederos de casas poderosas, estos jovenzuelos de color de aceituna-- de una muerte de la que nadie debe hablar sino con la cabeza descubierta; murieron esos otros hombres nuestros que saben , de un golpe de machete, echar a volar una cabeza o de una vuelta de la mano, arrodillar a un toro (...)

"(...) Un puñado de trabajadores cubanos levantó a Cayo Hueso (...) Un cubano, Cisneros, ha contribuido poderosamente al adelanto de los ferrocarriles en Colombia (...) El poeta del Niágara es un cubano, nuestro Heredia (...) En Filadelfia mismo, como en New York, el primer premio de las Universidades ha sido, más de una vez, de los cubanos (...)

"(...) La lucha no ha cesado (...) La nueva generación es digna de sus padres. Centenares de hombres han muerto después de la guerra en el misterio de las prisiones. Solo con la vida cesará entre nosotros la batalla por la libertad (...)

Va reiterar la sentencia martiana: La Lucha no ha cesado.