No hay otra si la Isla pretende –al menos– ocupar la tercera plaza en la clasificación por naciones, un objetivo nada fácil teniendo en cuenta el desempeño de Brasil y la acechante presencia de Colombia.

Sin embargo, y aunque al redactarse estas líneas los cafeteros mantenían vivas sus aspiraciones, nadie en su sano juicio se atrevería considerarlos como una amenaza. Menos tranquilizadores son los acontecimientos en el “frente” carioca, donde será necesaria poco menos que una estampida en los días finales.

En estos compases del epílogo para Camagüey las mayores posibilidades de medallas tienen nombre y apellido: Yordan O'Farrill (este viernes, en las vallas cortas), y los lugareños de las doce cuerdas, que entre el viernes y el sábado deberán salir a luchar por los títulos en las divisiones de 49, 64, 81 y más de 91 kilogramos.

A priori, todo indica que el combate más disputado de las finales será el que en la división minimosca protagonizarán el camagüeyanito Joahnys Argilagos y el mexicano Joselito Velázquez. El primero tiene ante sí al actual campeón panamericano, principal figura de la armada azteca y su victimario en la más reciente edición de la Serie Mundial (WSB). Pero no todo está perdido para él, y tras verlo en acción durante el torneo (sobre todo en el difícil combate contra el venezolano Yoel Finol) soy de los que da su voto. El tiempo dirá.

Mucho menos comprometido se anuncia el derrotero de Yasnier Toledo, que en los ligero welters ya aseguró la plata y asistirá a la discusión del cetro frente al poco conocido Arthur Biyarslanov (Canadá); Julio César La Cruz y Lenier Peró tampoco aguardan por rivales de consideración en sus respectivos pesos (semicompletos y superpesados) y deben revalidar casi de forma expedita sus cetros de hace cuatro años. El “Doctor”, en particular, aprovechó la lid para reencontrarse con el ecuatoriano Carlos Mina y devolverle la derrota que le había propinado en la quinta WSB (esta vez, 3-0 sin apelaciones).

Como con el boxeo, será necesario esperar hasta el final para conocer el desenlace de los juegos, mas lo aplicable para Camagüey es también válido para la delegación en su conjunto. Al margen del agónico tercer puesto en la pelota (que demandaría un comentario aparte), los pobres en resultados de especialidades que pudieron haber tenido mejores aportes han colocado a la Isla en una posición comprometida, que más allá de las medallas, obliga a buscar respuestas.

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