Cuba volvió a superar el centenar de medallas doradas (112), lo que unido a una cosecha de 67 preseas de plata y 59 de bronce, propiciaron que regresara a la segunda posición por países, luego del histórico triunfo en La Habana, cuatro años atrás.

   Estados Unidos (170-144-110) recuperó el liderazgo por naciones; mientras que Canadá (47-61-69) mantuvo el tercer lugar en el regreso de esa cita continental a suelo argentino, después de la primera edición organizada por Buenos Aires en 1951.

   La presencia cubana se hizo sentir una vez más en disciplinas como el atletismo, béisbol, voleibol femenino, balonmano varonil, levantamiento de pesas y boxeo.

   En el deporte rey, los concursantes de la isla caribeña totalizaron 18 metales áureos -dominaron en uno y otro sexo-, para de esa forma superar por segunda vez consecutiva a los estadounidenses, dueños de 13 títulos.

   Uno de los que sobresalió por su actuación fue el “príncipe de las alturas”,  Javier Sotomayor, quien sumó su tercera corona al hilo, al vencer en la prueba de salto alto con récord para los Juegos de 2.40 metros.

   También en la palanqueta, los forzudos hicieron un gran aporte al botín de la mayor de las Antillas, al conquistar 21 cetros de 30 posibles.

   Resaltó el desempeño del pesista Pablo Lara, en la división de los 76 kilogramos, con su primado universal de 207.5 kilogramos, conseguido en la prueba de envión.

   En el caso de los boxeadores, siete lograron subir a lo más alto del podio, y aunque no pudieron repetir los 11 lauros del certamen habanero, demostraron que el pugilismo cubano seguía al mando en América.

   Por Cuba, además, el judo (f) acaparó elogios con la consecución de las ocho medallas de oro disputadas entre las mujeres; mientras que en la lucha 10 gladiadores se erigieron campeones.

   Asimismo, deportistas de la isla caribeña reinaron en disciplinas como la esgrima, gimnasia artística y kárate.

   Como ya era tradicional, los deportes colectivos brindarían múltiples alegrías con los éxitos obtenidos por los peloteros y las Morenas del Caribe en voleibol, en ambos casos las séptimas coronas sucesivas en justas continentales.

   Los balonmanistas se proclamaron monarcas de la lid multideportiva por tercera ocasión consecutiva, en un evento caracterizado por el cariño y respeto del pueblo marplatense hacia los invitados.

   Interesante resultó el hecho de que hicieron su primera aparición el bádminton, esquí náutico, pelota vasca, raquetbol, squash, triatlón y kárate, pero en sentido general Argentina cumplió con la organización.

   Hasta la ciudad canadiense de Winnipeg, en Canadá, llegaría esa  fiesta atlética cuatro años después, como mismo sucedió en 1967.

{flike} {plusone} {ttweet}