Luego de servir como escenario de la justa en 1955, la capital mexicana tomó otra vez la batuta de una competencia que reunía a los mejores deportistas de América, certamen en el que Cuba se consolidó en el segundo lugar del medallero por naciones.

   La delegación cubana conquistó 57 títulos -27 más que en Cali 1971-, 45 medallas de plata y 32 de bronce, para de esa forma escoltar a Estados Unidos (117-82-47), mientras que Canadá (18-35-38) mantuvo la tercera plaza.

   El velocista Silvio Leonard regaló a la afición de la isla caribeña el cetro en los 100 metros planos del atletismo, con récord para el torneo de 10.15 segundos, prueba en la que llegó segundo a la meta el trinitario Hasely Crawford, monarca olímpico al año siguiente en Montreal.

   También en el deporte rey resultó significativo el desempeño del brasileño Joao Carlos de Oliveira, quien con primacía del orbe de 17.89 metros conquistó la corona en  triple salto.

   Por Cuba, otra vez los boxeadores mostraron su técnica y calidad sobre el cuadrilátero, luego de alcanzar la inédita cifra de siete metales áureos, y sumar, además,  dos preseas de plata e igual cantidad de bronce.

   Destacaron igualmente las actuaciones de los luchadores (3-2-4), con la consecución de nueve podios, en dura porfía con Estados Unidos (4-3-2); mientras que en el levantamiento de pesas se invirtieron los papeles y los cubanos se erigieron como reyes continentales.

   Asimismo, fue importante la contribución de los esgrimistas de la mayor de las Antillas, al sumar cinco títulos de ocho posibles; y sus coterráneos de la gimnasia artística, quienes dominaron en la rama masculina.

   En deportes colectivos, el béisbol cubano volvió a demostrar su jerarquía, tras revalidar el cetro conseguido cuatro años atrás; en tanto los elencos de voleibol,  en uno y otro sexo, ascendieron a lo más alto del podio.

   Lo cierto es que más allá del espectáculo deportivo, las marcas, los triunfos o las decepciones, Ciudad de México tiene el mérito de haber organizado esa cita continental con apenas 10 meses de plazo, y de esa forma aseguró la continuidad cuatrienal del certamen.

   La mejor manera de reconocer el esfuerzo de los aztecas fue la asistencia de las 33 naciones miembros de la Organización Deportiva Panamericana (ODEPA), con una cifra récord de tres mil 146 atletas.

   San Juan, la capital de Puerto Rico, organizaría cuatro años después la justa multideportiva.


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