Imponerse metas de tiempo cada vez que entra a la pista de carrera es el beneplácito de Rose Mary Almanza Blanco, actualmente principal figura de Cuba en la especialidad de atletismo de los 800 metros planos.

La corredora, natural de la ciudad de Camagüey, tiene sobre sí el reto de seguir el legado de la “Tormenta del Caribe”, la gran Ana Fidelia Quirós, quien durante años cosechara varios metales y lauros para la Isla antillana.

El mundo de las gimnasias rítmica y artística marcó el debut de Almanza Blanco en el ámbito de la actividad deportiva desde edades tempranas, cuando todavía recibía los conocimientos sentada en el pupitre de un aula, en tercer grado de la enseñanza primaria.

“Aunque también tuve inclinaciones por la danza, al deporte rey llegué gracias a mi tía Eusebia Riquelme, campeona Iberoamericana en Sevilla, España 1992, a quien siempre he admirado, y por aquel entonces me acompañaba en competencias especiales”, confesó.

“El atletismo se convirtió así en una de las mayores pasiones de mi vida- continúa- sobre todo desde que ingresé a la Escuela de Iniciación Deportiva Cerro Pelado (EIDE), de mi tierra natal, cuando casi se concretaban mis estudios primarios”.

“Fue en ese momento en que se me planteó la disyuntiva de elegir entre una disciplina u otra, pero me decidí por la que practico todavía hoy”, aseveró.

De la mano de Leonel Suárez y Emilio Báez, sus entrenadores en ese centro educacional, Rose Mary construyó los cimientos de una trayectoria impregnada de certámenes tanto de renombre continental como mundial.

“Si bien prefería ser velocista, me enfoqué en los eventos de fondo, pues a consideración de mis primeros mentores por mis condiciones físicas tendría mayores posibilidades en esa especialidad”, dijo.

“En la EIDE en la etapa de los Juegos Escolares Nacionales me gustaba mucho participar en la prueba de los mil 200 metros planos, y desde que incursioné en la categoría de mayores me desempeño en la doble vuelta al óvalo”, manifestó la titular centroamericana de Veracruz, México 2014.

La antigua Escuela Superior de Perfeccionamiento Atlético Inés Luaces, de Camagüey, fue otro de las instituciones que favorecieron a su formación, un año antes de ser promovida en 2009 para la Escuela Superior de Formación de Atletas de Alto Rendimiento Giraldo Córdova Cardín, en La Habana.

Desde ese momento fue Nelson García su guía en las filas del equipo nacional, para perpetuar el papel desempeñado por aquellos que la prepararon en predios agramontinos.

Precisamente junto a él, Almanza Blanco estampó en 2015 su mejor marca personal (1:57.70 minutos), durante una parada de Liga del Diamante en Francia, y se colocó así entre las mejores corredoras cubana de la historia en los 800 metros planos, antecedida por su ídolo Quirós y la monarca universal Zulia Calatayud.

En 2017 la cita mundial de la disciplina que acogió la capital inglesa, cerró con un saldo desfavorable para la fondista, quien con un crono de 1:59.79 minutos no estuvo más allá de la etapa semifinal.

“Luego de esa vivencia me sentí muy triste. En Londres me enfrenté a la competencia en muy buena forma deportiva, aunque no pude llegar a la final”, contó al recordar ese instante que considera como crucial para su carrera.

Días después, el sabor del elíxir del triunfo regresó también bajo la instrucción de su actual entrenador Faustino Hernández, y con la Universiada Mundial de Taipéi de China sumó una corona más a su palmarés.

El entusiasmo, la jovialidad y afabilidad marcan la personalidad de Rose Mary, quien es una agradable compañía para sus amistades.

“En mis ratos libres cuando descanso de los entrenamientos, disfruto de ver novelas, uno de mis hobbies favoritos, además de sentirme bien rodeada de mis amigos, con los cuales me divierto muchísimo”, aseguró.

Poseedora de un fuerte instinto maternal, la atleta declara gustarle en demasía los pequeños, por lo que conformar una familia es una de sus metas del futuro.

Sin embargo, casi a los 26 años de edad, aún no detiene su empeño de seguir representando a Cuba en disímiles escenarios del orbe, por ello, los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Barranquilla, Colombia, constituyen su mayor reto para el presente calendario competitivo.

En ese torneo, aunque su prueba fundamental es la carrera de los 800 metros planos, Almanza Blanco está convidada a correr el relevo de 4X400 metros.

Como parte importante de la pléyade de deportistas que conforman la selección nacional, su aspiración es reinar nuevamente ante las rivales del área geográfica, pues los resultados del atletismo son un elemento de peso para que la Isla mantenga el primer lugar en el medallero histórico de la lid regional.