Da gusto llegar a uno de esos sitios, por la cordialidad de los asociados a los clubes de la Década Prodigiosa, y porque allí el bolsillo permite tomar par de cervezas frías, tirar un “pasillo”, y recordar u olvidar algo pasado.

En el restaurante El Olimpo, (antiguo El Emperador) funciona uno de esos lugares concebidos para el disfrute de la tercera edad, aunque además confluyen jóvenes.

Allí canta William Emilio Agüero López, director artístico del espacio. Con una espléndida sonrisa llegó hasta mí y sin protocolos me invitó a su mesa para conversar. Sus hermosas interpretaciones son un sustantivo aparte de la historiografía de este artista del catálogo del Centro Provincial de la Música, por su encomiable labor comunitaria, como promotor cultural del Consejo Popular La Belén.

“No se trata solo de folclor. Hay que profundizar en las concepciones de este tipo de música. Lo que se escucha aquí es un termómetro del gusto popular. El resultado lo vemos cuando termina la función y todos salen complacidos”.

--¿Cómo llegas a la “discotemba”?

--Soy uno de los fundadores de este club de la Década, pertenezco al ejecutivo, integrado por un presidente y dos vocales. La mayoría de los asistentes es afiliada y los que no, también gustan de estas canciones, por lo acogedor del lugar y porque desean disfrutar de un domingo diferente.

Allí celebran las fechas históricas, aniversarios de boda, cumpleaños y las actividades propias del lugar como el show con cantantes aficionados, que cada domingo presenta un invitado especial.

William Emilio comenzó su vida profesional en el año 2000, como solista en El Caribe, bajo la dirección de Luis Ángel Velazco, y en otros centros nocturnos. Ahora labora para la Dirección Municipal de Cultura. Ha llevado su arte a diferentes comunidades, como integrante de la brigada artística “De Cuba Soy”, liderada por Rigoberto Álvarez. “Con este grupo vamos a las circunscripciones y a lugares recónditos del municipio Camagüey”, añade con entusiasmo.

--Además de El Olimpo, ¿dónde es posible escucharte?

--En el centro nocturno El Potro, los sábados a las 10:00 p.m., o donde Cultura disponga, porque mi razón de ser es cantarle al pueblo.

Entonces un recuerdo súbito troca su sonrisa en tristeza: “Mi mamá me apoyaba, pero no me había visto cantar en público. Mi hermana logró llevarla al Teatro Principal, sin embargo falleció seis días después.

--¿Cuán complejo es el trabajo de un promotor artístico?

--Llevo seis años realizando actividades en siete circunscripciones, para todos los grupos de vecinos. Mantengo buena coordinación con las escuelas del área  y los instructores de artes. Además integro el grupo de Prevención Social. He sido reconocido por el Gobierno, el Partido y varias instituciones. Sin el apoyo de Cultura Municipal nada de esto fuera posible. Parodiando el nombre de mi proyecto sociocultural en el barrio, se logra “Haciendo camino al andar”.

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