CAMAGÜEY.- Las abuelas carismáticas y ocurrentes del proyecto comunitario Alegrías de vivir son las primeras exponentes del arte popular que el caminante encuentra en la Avenida de la Libertad, en plena VI Fiesta del Tinajón.

En las manualidades han encontrado parte del secreto para elevar su calidad de vida, por una iniciativa que las une desde el 2011 en la Plaza del Carmen, y que recibe la atención permanente de la Casa de Cultura Ignacio Agramonte.

"Todas somos entusiastas porque la vejez hay que asumirla con alegría", nos afirma Isabel Abad, responsable de este proyecto que aglutina a 17 ancianas.

Isabel desarrolla sus habilidades con la muñequería, y una muestra de cuánto sabe y puede hacer la exhibe con sencillez y cuidado en una de las mesitas y/o modestos stand donde las artesanas exponen su cotidiana fertilidad.

"La Fiesta del Tinajón da oportunidades a la cultura popular, a los proyectos socioculturales. Nosotras participamos desde las primeras ediciones y nos encanta aprovecharla para darnos a conocer al público, más allá de nuestra comunidad", nos afirma la Abad.

Al diálogo se suma María Herminia Valero Verdecia, para contarnos que Alegrías de vivir también estimula las artes escénicas, especialmente el teatro, por lo que las inquietudes expresivas de cada integrante encuentran feliz cauce.

"Realizamos diferentes obras, con mensajes ideológicos en virtud del ser humano, y con una intención educativa para la familia e para el adulto mayor, con autoestima siempre. Así contribuimos a mejorar la calidad de vida", resume María Herminia.

Por su locuacidad se nota el orgullo de actriz aficionada, entonces nos invita a llegar cualquier lunes, miércoles y viernes, a las nueve de la mañana en su espacio de la Plaza del Carmen, la del conjunto monumentario de Martha Jiménez premiado por la Unesco.

También muy atenta estaba la tejedora Honoria Eulalia Rodríguez Betancourt, encantadora de agujetas que logra del hilo lo inimaginado.

"Para garantizarnos materia prima, reciclamos y además compramos elementos necesarios, pero hemos logrado que el proyecto sea sustentable. Donamos piezas a los niños hospitalizados, visitamos las áreas de salud de la comunidad, como la Casa del Diabético, y hasta hemos llegado a otros municipios, le menciono dos localidades: Siboney, en Sibanicú, y Haití, en Santa Cruz del Sur", refiere Honoria Eulalia.

Luego del abrazo, con la ternura propia de las abuelas, Isabel Abad deja la invitación en pie de encontrarnos pronto, con motivo de otra fiesta pero en el Carmen, porque una de las integrantes, la tejedora Aurora Molina cumplirá los 90 en agosto.