CAMAGÜEY.- Niurka es toda música. Lo dice todo con su flauta. Dice más con su lirismo. Ademanes de éxtasis, movimientos suaves, ojos congelados de pasión. Niurka y un escenario resultan inevitablemente en la nota más tibia posible.

Luego del Barbero de Sevilla (Gioacchino Rossini) de la Orquesta Sinfónica de Camagüey, Niurka González Núñez apareció para completar la ecuación de este viernes en el Teatro Avellaneda. Con el concierto para flauta y orquesta No. 1 en sol mayor, de Wolfgang Amadeus Mozart, el público camagüeyano apreció una simbiosis encantada, el modelado de la creación. Eso fueron Niurka y la Sinfónica en su primera vez.

La melodía criolla llegó con la pieza conjunta de Cuba qué linda es Cuba y La Guantanamera, arreglo de Orestes Saavedra, interpretada por la “Sinfónica”. Otra alianza exultante resultó de la Orquesta y el Mariachi "Nuevos Aires". En un mes de tanto calor patrio no podían olvidarse los acordes cómplices de la nación azteca en nuestro empeño libertario.

Y como Fidel es una constante-luz para él se “iluminó” La Lupe. “Un homenaje diminuto para tan grande hombre”, a decir de Rafael Cerdeiro, director del “Nuevos Aires”.

Para Niurka por el gesto y los ardores que nos regaló, para la “Sinfónica” por los 55 años haciendo (nos) cultura y para el “Nuevos Aires” por el añito de persistencia, fueron los reconocimientos del Centro Provincial de la Música y los Espectáculos y de la Dirección de Cultura del territorio.