Camagüey.- Este 27 de junio el Paseo del San Juan camagüeyano se mudó a los barrios. Como es habitual las carrozas, congas y comparsas reservan un día de su céntrico recorrido para llevar a las comunidades más alejadas este jolgorio criollo más allá de la tarima y el termo de cerveza.

Adelante digital “arrolló” ayer en el reparto Lenin con una representación del espectáculo. “Sonó” la música, los cueros de los tambores, las calles al compás del zapateo de su gente. Los coros que se repiten año tras año no alcanzan nunca la marca de lo anticuado, porque el San Juan es una manifestación de pueblo, y esas suelen ser vitalicias.

Sin embargo, es también el “concierto” para cantar las mismas canciones. Los pequeños no calculan cuánto les cuesta esta fiesta a sus padres. El letrero que anuncia en tren los cinco pesos por vuelta se extiende, según la joven madre Ailín Negrín Morales, a todos los aparatos para menores, “desde los eléctricos hasta los manuales”.

Sus niñas, Lía de dos años, y Keila, de ocho, se gastan “todo el salario de un mes para cuatro o cinco días, y no alcanza, imagínate...”, confiesa Ailín. Puedo imaginar su magisterio en cálculo para “ajustar”, al irse borrando junio, las necesidades de su familia.

Otra práctica bisoña es la de los tatuajes. Los esposos Annis Lien Martínez Azahare y Alexander Madrigal Díaz llegaron desde Ciego de Ávila y aunque otros tres “tatuadores” le hacen la competencia la fila nunca llega al final. “¿Los precios?, entre 10 y 60 pesos. No, no hay ninguno de menor precio”, aseguran. Mientras Alexander traza un escudo del Barcelona en un diminuto antebrazo, explica un coste a un recién llegado y nos responde interrogantes: “Vienen de todas las edades; llevo más de diez años recorriendo a toda Cuba en etapa de carnavales, he llegado hasta la Isla de la Juventud”, asevera como para “pintarnos” un medidor de su kilometraje.

Pero bueno, sigamos en San Juan. Falta poco para las ocho de la noche; y cuando pensábamos extinto el paseo en el populoso Lenin retornaba la conga de vuelta por su arteria principal: “¡Y qué pasó, y que volá, y la gente del Lenin dónde está!”