Camagüey.- A Isabel Cristina Curbelo Ferrá le salen las puntadas como cosa de coser y cantar. No es que sea un oficio fácil, pero ella tiene la habilidad y el talento. Y también la elegancia, el estilo y la cubanía que define su eslogan. Nada, que para ofrecer tanto hay que llevarlo “puesto”.

Siempre vuelve. Sobre todo porque a las raíces hay que alimentarlas de vez en vez. Aquí nació y en Santa Clara compone su vida desde los 21 años. “Me casé y allá terminé mi carrera de Medicina Veterinaria, formé mi familia; pero Camagüey es muy especial”, cuenta con las pausas que lleva cada frase, manera esa de gente con alta gracia.

Tal magnitud se le descubre más allá de lo que dice. Ante cada invitación, accede. Desde la primera edición de la Feria de Artesanía los camagüeyanos pueden encontrar sus diseños y su buen gusto. Esta vez regresó con su línea de punta: opciones para las mujeres con más de 40 años. “Abundan en el mercado las prendas para las jovencitas, y no así para las señoras; mis clientes me hacían esos reclamos, y decidí crear pensando en estas féminas”.

La ropa blanca de hilo sobresale en sus propuestas, aunque también tienen gran aceptación los entintados. El algodón, el lienzo, el rayón y la gasa son otros de los tejidos con los que defiende una tendencia que apuesta por lo genuino. “Me interesa que la gente me identifique y me busque por el sello de cubanía que trato de resaltar, no por la copia de modas foráneas. Por eso actualmente estoy trabajando en el detalle de los textiles con manualidades en coco, o mediante las técnicas de encaje de tenerife, macramé o fibrolite”, comenta.

Mucho habla de nosotros la forma en que vestimos; la moda a nuestro modo es más auténtica y funcional, más hermosa. Esas fueron las claves que aprendió Isabel Cristina para sus aventuras con el pedal; quizás no en un aula universitaria de Veterinaria, quizás desde mucho antes. Debe ser cuestión de genes y herencia, de terruño. Es camagüeyana, recuerden…