CAMAGÜEY.- Muchas mesitas de noche de seguro se adornan con el último libro adquirido, y en el buró algún resaltador subrayó unas líneas, y en la caja de los juguetes una página doblada deja ver los colores que esbozaron las crayolas. Lo cierto es que como un ciclón, la Feria del Libro deja huellas inconfundibles.

Hasta esta ciudad llegaron unas 91 000 unidades de 382 títulos, con primacía de las novedades, según los datos que registra el Centro Provincial del Libro en Camagüey, con cuya directora, Odalys Calderín Marín, estuvo conversando Adelante Digital  en busca de las huellas de la Feria.

—¿Cómo se comportó la Feria desde el punto de vista comercial?

—Se vendieron 81 289 textos que en comparación con el año anterior es menos, aunque también recibimos menos títulos, pues no llegaron todos los que hubiéramos querido; sin embargo, se vendió más en el programa colateral y hubo más afluencia a los espacios teóricos. A pesar de que no se comportó como esperábamos, sí creo que hay un público lector en la provincia que sigue el evento.

—¿Cuáles fueron los libros más buscados y vendidos?

—Las personas siempre buscan los libros de autoayuda, cocina y literatura infantil, que fueron los más vendidos y creemos que hayan satisfecho las expectativas del público. La Editorial Abril presentó una variada propuesta de textos para colorear, didácticos, de cuentos, además de las pancartas que se utilizan en la enseñanza primaria. Contamos, además, con una cantidad notable de diccionarios de la Editorial Oriente y el público pudo acercarse por primera vez, con una amplia propuesta, a la editorial española Selvi, que publica a escritores cubanos de literatura infantil. También se vendieron todos los libros de la colección dedicada al Comandante (13 títulos), y todavía había demanda.

—¿Cuáles faltaron?

—Los libros de Calviño, que los buscan mucho, y las novelas juveniles, que apenas tuvieron presencia.

—Un aparte especial para Ácana...

-- Tuvimos todos los libros del plan especial de Ácana, que el plan especial es una tirada mayor que se hace en la poligrafía nacional. Adiós Hemingway y La cola de la serpiente, de Leonardo Padura, fue una de las novedades que une dos noveletas en un mismo libro de un escritor cuya obra solo ha sido publicada por las editoriales territoriales de Matanzas y Camagüey. También lo fueron otros grandes escritores del país como Carilda Oliver Labra y Luis Álvarez Álvarez y Olga García Yero, estos últimos con el texto dedicado a Soler Puig.

“Ácana también publicó el libro de cocina de Jaime y otros del tema, muy aceptados por la población, así como títulos dedicados a la Historia, la ensayística y la literatura infantil. Destacó por su variedad en la selección de los títulos, que se hizo teniendo en cuenta el gusto de los lectores.

“Por primera vez se publicó un libro dedicado a Carmen Zayas Bazán, la esposa de José Martí, que tuvo mucha aceptación tanto en la feria en La Habana como aquí. Todavía tenemos el reto de acercar a la provincia mayor variedad de títulos de editoriales del país”.

—¿Cómo valora la extensión de la feria fuera del Casino?

—Aun cuando dividir la Feria es difícil porque los camagüeyanos estamos acostumbrados a que sea en el Casino, dio resultado en la Casa de la Diversidad Cultural, en el Centro de Gestión de la Oficina del Historiador de la Ciudad (OHCC), donde se desarrollaron las actividades relacionadas con la Historia, y en la nueva sede de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac).

“Para la próxima tenemos que evaluar hacer las sesiones teóricas más cerca del recinto ferial, porque si no se dispersa. Camagüey tiene la suerte de tener un programa teórico fuerte en el cual se desarrollan varias actividades al mismo tiempo y el público interesado es el mismo.

“Uno de los lugares de más afluencia fue el Café Literario La Comarca, en la sede de la Asociación Hermanos Saíz (AHS), donde se desarrolló el espacio dedicado a La Liga, conducido por María Antonia Borroto, y otro dedicado a los talleristas a cargo de Evelin Queipo, donde los interesados en la literatura que aún no han publicado pudieron intercambiar con escritores que ya tienen una obra.

“Destacó el protagonismo de la Universidad, que celebra su aniversario 50 y se convirtió en subsede del evento con el estreno del espacio Feria Joven, así como La Nave de los Locos, con el nuevo proyecto de Yoandra Santana para fomentar el hábito de la lectura a través del intercambio con personalidades de las diferentes manifestaciones artísticas y sus experiencias lectivas”.

—¿Cuántos puntos de venta se habilitaron?

—Se instalaron ocho kioscos en el Casino más el Centro Cultural de igual nombre y se realizaron ventas en las librerías Ateneo, de la calle República, y Antonio Suárez, de la calle Maceo; las cuatro universidades, la Uneac, la AHS, el Centro de Gestión Cultural, la Casa de la Diversidad y la Casa de la Memoria. Además, estuvieron invitados Citmatel, la Aociación Cubana de Producción Animal, la editorial Selvi y la OHCC, y se realizaron 67 extensiones de ventas en escuelas, hospitales, centros penitenciarios.

—¿Dónde encontrar estos libros pasada la Feria?

—En las librerías Ateneo y Antonio Suárez, y en las de las universidades.

Calderín Marín aprovechó la oportunidad para agradecer la visita de los pioneros al Pabellón Infantil, y a aquellos que mantuvieron allí las actividades para ellos, como Catalejo de Cuentos. Asimismo agradeció a la dirección de Cultura y a las instituciones culturales por su apoyo, y a la cobertura de la prensa y la Asociación de Comunicadores Sociales por la promoción, con lo que nos confirmó, una vez más, que esta fiesta de los libros que cada año nos toca a la puerta es de todos y para todos.