CAMAGÜEY.- El Guiñol de Camagüey cumple este 15 de febrero 59 años de fundado, tiempo que lo destaca como el grupo teatral en activo más antiguo de la provincia con una labor ingente en pos del público infantil y de la familia.

Debido a la situación epidemiológica de esta ciudad, con transmisión autóctona de la COVID-19, la compañía preparó como regalo de cumpleaños una exposición de diseños y muñecos, titulada Hilos del tiempo.

Montada en el lobby de la sede, en la calle Lugareño esquina a San Clemente, la muestra es difundida desde este lunes a través de plataformas digitales del Consejo Provincial de las Artes Escénicas.

“Los diseños son obras de arte. Hay mucho material hermoso que mostrar. Queremos que cada vez que se renueve la exposición vaya paulatinamente narrando la historia de este grupo”, contó a Adelante Digital la nueva directora general Heidy Almarales Sierra.

Como parte del aniversario y en función de las redes sociales, también concibió videos didácticos acerca del maquillaje de fantasía y la realización de títeres planos, y promocionales con jóvenes vinculados al teatro de títeres.

Se mantiene el proceso de trabajo para el espectáculo La princesa de las flores silvestres, de la integrante del grupo Claudia Ramírez; debe ser el primer estreno del año cuando mejoren las circunstancias sanitarias del territorio.

Almarales Sierra no desestima las superproducciones características del Guiñol de Camagüey, aunque eso depende de las condiciones actuales: “Si aparecieran elementos para poder desarrollar grandes producciones con calidad se podrían llevar, pero yo siempre tengo dos versiones. No me gusta encariñarme con una idea y que después la realidad me golpee y me destruya el sueño”.

Egresada de la Universidad de las Artes ISA, la joven actriz procede de Las Tunas, provincia donde perteneció al Guiñol Los Zahoríes y fundó el proyecto La Chimenea para explorar el teatro de animación.

De su ejecutoria, Almarales Sierra tiene lista para estreno Secretos bajo la luna, obra pensada para jóvenes y adultos con la técnica lambe-lambe (de pequeños objetos y muñecos), con el requisito de que cada función admitirá un espectador.