CAMAGÜEY.- El amor los atrapó en la danza. Llegó sublime y los cautivó en el Ballet Contemporáneo de Camagüey (BCC), donde han forjado una parte entrañable de sus vidas, en una compañía actualmente profesional que surgió como un proyecto auspiciado por la filial de la Asociación Hermanos Saíz (AHS) en la provincia.

Lisandra Gómez de la Torre y Jesús Arias Pagés, primeros bailarines de la agrupación, son los protagonistas de esa historia, cincelada entre los vínculos amorosos de una pareja doble: en la danza y en el hogar.

Se conocieron en el BCC, y estudiaron en la Escuela Vocacional de Arte Luis Casas Romero y en la Academia de las Artes Vicentina de la Torre, respectivamente, en los niveles vocacional y medio, en Camagüey, pero a causa de la diferencia de edades y de grados ni siquiera jamás conversaron en esos planteles.

En el conjunto danzario les encomendaron desempeñarse como un dúo, y esa unión también fue gestando, junto con la empatía artística, la amorosa.

Luego de una temporada de funciones de la obra Vive la vida, de Tania Vergara, en Camagüey y Alemania, tras la última escenificación iniciaron su noviazgo.

Después crearon la coreografía ¿Cómo decirte?, para reflejar, en el tablado, el amor allí nacido.

Lisandra es autora, además, de otras piezas, entre ellas, Recibe esta mi alma, acerca de los elementos positivos y negativos en las relaciones de dos personas, y ¿Dónde estabas tú?, relativa a vivencias de una pareja.

Reunidos en el trabajo y en la casa, pudiera parecer un obstáculo para mantener pujantes sus relaciones amorosas, pero cumplen un antídoto con resultados muy exitosos: disfrutar, por separado, cada uno de esos contextos.

Así la danza no interfiere las pasiones del corazón, ni viceversa.

Jesús cocina con elevada frecuencia, y su plato favorito es preparar espaguetis.

Relaciones especiales tienen con el pequeño Carlos Manuel, de ocho años de edad, amante del béisbol, y quien hasta ahora no ha manifestado interés por la danza.

Otro de sus vínculos entrañables es compartir creencias religiosas cristianas.

Lisandra y Jesús ejercen también la docencia en la agrupación, en la cual son los intérpretes de mayor antigüedad.

El actual año les trajo una nueva satisfacción: obtener, en el acápite de mención, un reconocimiento en el Premio Ramiro Guerra de interpretación en Danza Contemporánea, organizado por la AHS.

Bailan y enseñan, y se sienten felices de ser miembros del Ballet Contemporáneo de Camagüey, la primera compañía cubana cuya línea interpretativa fusiona las técnicas clásica y contemporánea.

Allí exteriorizan, además, su condición de afiliados a la filial camagüeyana de la AHS, donde comenzó a germinar el conjunto artístico, al cual la institución ha mantenido su apoyo, incluso económico.

¿Y la danza que representa para Lisandra y Jesús?

Coinciden en que no pueden vivir sin ella, pues es libertad, una posibilidad de poder expresar una amplia gama de sensibilidades y emociones, y disfrutar a plenitud el sacrificio por danzar.