CAMAGÜEY.- “Lo otro que me gusta además de tocar guitarra y componer es pescar”, confesó anoche Raúl Torres en pleno concierto en el Teatro Avellaneda de esta ciudad, la reciente escala de una gira por Cuba.

Cerca de una hora y media duró el performance íntimo y cordial, como si el cantautor estuviera en la sala de la casa y en la compañía de los más cercanos amigos, cómplices todos de la poesía que le nace entre notas musicales.

Habló de las diferencias entre cantantes y cantores, en el primer caso destacó a Luciano Pavarotti y a Plácido Domingo; y en el segundo mencionó a Joaquín Sabina y Silvio Rodríguez: “Los cantantes pueden cantar. Los cantores si no lo hacemos morimos. Pablo Milanés es uno en millones que puede cantar y componer”.

Precisamente a este músico cubano debe otro de sus éxitos, titulado Se fue: “una de las canciones que me hicieron trovador” aunque la desechara al principio, “Pablo me dijo para cantarla y prendió”; aquí la interpretó con el juglar Reinaldo Rodríguez.

En el “Avellaneda” propuso 14 temas, pocos de estreno y muchos conocidos, por la intensidad de peticiones del público: Candil de nieve, Regrésamelo todo, Fénix de Cristal, El secreto del amigo y Cabalgando con Fidel.

“Camagüey me inspira. Es diferente a todas las ciudades de Cuba. Es una ciudad mágica”, afirmó antes de anunciar que al amanecer saldría a fotografiarla, y que le gustaría regresar para ir al lugar donde cayó Ignacio Agramonte, héroe epónimo de Camagüey, a quien tal vez le componga sin pretender tanto porque “El Mayor de Silvio (Rodríguez) es insuperable”.