CAMAGÜEY.- El Ballet de Camagüey no para de bailar a sus 50 años, y por esa salutación a la danza recibió anoche como regalo los pasos del Ballet Nacional de Cuba y del Folklórico de esta ciudad.

Sadaise Arencibia y Raúl Abreu, del Ballet Nacional, ofrecieron el pas de deux de El lago de los cisnes, un obsequio primoroso de interpretación en la jornada de aniversario que acoge el Teatro Principal.

Ambos bailarines reconocieron su conexión con la compañía anfitriona, en la impronta de los fundadores de la escuela cubana de ballet, y ratificaron con la expresión de sus cuerpos, la persistencia de la danza clásica.

Luego del intermedio, el Ballet Folklórico de Camagüey puso a consideración su recientísimo estreno, Oddí-Oché, una obra espectacular con un tratamiento inexplorado en la escena del país, acerca de dos deidades del panteón yoruba: Yemayá, madre del mundo o Virgen de Regla, y Oshún, dueña de las aguas dulces y la felicidad, o Virgen de la Caridad del Cobre, Patrona de Cuba.

Las primeras bailarinas Elsa María Avilés (Yemayá) y Janixe del Rosario Jiménez (Oshún), consideraron la invitación no como una formalidad por la madurez de la compañía en sus 26 años, sino como un detalle de vindicación de la memoria histórica, de la semilla cultural del arte danzario en África, donde nació el hombre, cuando todavía el mundo era un solo continente.

El Ballet de Camagüey repuso Suite Géneris, Vals, Y en tus ojos y Fantasía, presentadas a finales de julio en el “Principal” en funciones de homenaje a su coreógrafo, el cubano Alberto Méndez, quien ha mantenido su vínculo desde los albores de esta compañía fundada por Vicentina de la Torre en 1967.

Este jueves, la pareja del Ballet Nacional de Cuba representará el pas de deux de Gisselle, y además subirá al escenario el Ballet Contemporáneo de Camagüey, que en el mes de mayo cumplió su aniversario 15.