CAMAGÜEY.- Si Fernando Alonso viviera, con seguridad estaría aquí, porque el cumpleaños del Ballet de Camagüey estaba entre sus “fechas históricas”, como denominaba cada momento que le movía el corazón. Justo ayer la compañía llegó a los 50, y hoy el Teatro Principal descorrerá los telones para las funciones más simbólicas del año.

Pretender atrapar con una historia el devenir de la compañía equivale a cometer la mayor injusticia, porque solo habrá un perfil definitivo del Ballet de Camagüey, cuando anónimos y públicos estén presentes con las magnitudes de su entrega.

Aunque lo quiera, Adelante no podrá contener esa verdad, por lo finito de su página. Por eso sintoniza coordenadas de la memoria, en las confluencias de este aniversario. Allí identifica pasos clave para que, como mínimo, el Ballet baile otros 50.

LA DANZA EN LAS VENAS

Rosa María Rodríguez Armengol lleva seis años en la compañía. Asegura que se inició en el ballet desde la cuna, porque los padres bailaron en el BC. Su mamá se mantiene como ensayadora y profesora. El 9 de diciembre, esta jovencita podrá interpretar lo que otras se retiraron deseando. Estrenará rol de Las llamas de París. Tres meses atrás mereció la categoría de primera bailarina. No oculta su estrés, aunque insista: “La danza clásica corre por mis venas”. Sí, llegó el momento de demostrarlo, en el principio de su carrera de virtuosismo desde planos estelares.

LA VOLUNTAD DE ENSEÑAR

Desde los 25 años, el primer solista Yuniet Herrera Rodríguez es profesor, ensayador y regisseur. Significa que baila y dirige a sus compañeros. Se agota más porque enseña. Además de las clases en la Academia de las Artes Vicentina de la Torre, comparte saberes con los niños del Centro de Promoción para la Danza Fernando Alonso. Lamenta que la matrícula de varones siga siendo pequeña. Eso limita el trabajo de pareja. No obstante, allí ve la cantera, aunque no todos tengan condiciones físicas para la carrera, mas aprenden de ballet, cultura, educación: la forja de un público entusiasta y conocedor. “Cuando bailas, te retiras y empiezas a dar clases, tú sentiste; pero seguir sintiendo y transmitirlo, es muy bonito”.

LA IDENTIDAD DE UN NOMBRE

Para Liuba Corzo Ojeda, el BC es un espacio que aglutina Cuba, porque han llegado de muchas partes y se han dado a la cultura desde aquí. Nació en Matanzas, pero lleva la mayor parte de su vida en Camagüey. De los 25 en la compañía, cinco se desempeña de maestra ensayadora. Sobre falsos paradigmas, alerta: “La clase de ballet no puede pasar de moda, es un laboratorio para lograr los pasos y, en escena, poder bailar y disfrutar, y no hacer sufrir al público”.

Con terquedad moldeó su cuerpo, por naturaleza voluptuoso. Tuvo muchas giras exitosas y excelentes desempeños en Coppelia, Don Quijote y Carmen, y disfrutó su Lago y su Gisselle: “Me quedé con deseos de hacer Las Sílfides, aunque fuera el pas de deux o una variación, y Las llamas de París completo. No estaban montados. Fui reconocida por el público de un modo que no esperaba. Me retiré feliz”.

EL VIAJE A LA SEMILLA

En ningún acta consta como fundadora, porque vivía en La Habana, pero hay mucho de Norma Barreras Abreu en el BC. Fue la única alumna de Vicentina de la Torre, porque al triunfar la Revolución las otras niñas, de opulentas familias, emigraron de Cuba. Cuando el Gobierno Revolucionario propuso a Vicentina la dirección de la primera escuela municipal de ballet, Norma empezó como profesora de puntales de la compañía, como María Eugenia Reyes y Gloria Padrón.

Al aceptar la propuesta de Fernando y Alicia Alonso en el Ballet Nacional, Camagüey la despidió con honores. “Pensaban que sería primerísima bailarina y me quedé en cuerpo de baile A, pero cuando se baila con el corazón también se ilumina a la figura principal. Deseo que no se pierda el ballet clásico, y que el BC perdure”.

MARCANDO LOS PASOS


1ro. de diciembre de 1967: Se funda el Ballet de Camagüey.

Directores generales: Vicentina de la Torre Recio (fundadora), Joaquín Banegas (1969-1973), Fernando Alonso (1975-1992), Jorge Vede (1992-1996), y Regina M. Balaguer Sánchez (hasta la actualidad).

1978: Primera gira internacional, a Checoslovaquia y la URSS. Desde entonces ha llegado a más de una quincena de países de América Latina, Europa y Asia.

En los ‘80 y principios de los ‘90, la compañía participa y sobresale en concursos internacionales en Japón, Alemania, Bulgaria y Perú, y en varios festivales.

Más de 250 obras integran el repertorio de la compañía.

El BC mereció la Distinción por la Cultura Nacional, dada por el Consejo de Estado de la República de Cuba, y la Orden Juan Marinello, del Ministerio de Cultura, entre otros reconocimientos.