Este joven pasa sus días como instructor de arte. Adelante digital lo vio en la calle Presidente Gómez, casi esquina a la Carretera Central. Allí radica el proyecto sociocultural Huellas azules, uno de los referentes en Camagüey de las buenas prácticas comunitarias.

Miguel Quiala estaba casi al fondo del amplio local que le han prestado a los artesanos populares, para lustrar lo que aún es almacén de la Dirección Municipal de Cultura. Pero el depósito va cobrando otra imagen con las manualidades de amas de casa y discapacitados, socialmente útiles gracias al gestor Alexander Rodríguez Falcón, quien nombró el proyecto con la premisa de las saludables marcas de hacer con amor.

La rutina implica talleres matutinos durante la semana, y un aparte especial con los niños cada sábado. De ahí han nacido múltiples objetos prácticos y bellos para el hogar, a partir del dominio de variadas técnicas como la pintura, la cerámica y del uso de materiales alternativos.

Mientras admiramos la muñequería, las naturalezas muertas y cientos de piezas expuestas para cada visitante que quiera elogiar y hasta llevar alguna como recuerdo o para regalo, llega una menuda y servicial muchacha.

Adianes Marín Villalón es la jefa de la manifestación de artes plásticas de Huellas azules, tan organizado que tiene su reglamento interno, porque la disciplina resulta fundamental en el colectivo. Los 25 integrantes aportan de sus ganancias para autofinanciar esa iniciativa local que ha llamado la atención del Centro de Intercambio y Referencia Iniciativa Comunitaria en Cuba, mejor conocido por las siglas CIERIC.

Ella refiere las donaciones a eventos y a niños sin amparo filial, así como los talleres de papier maché a maestras de preescolar. De todo, Adianes Marín subraya la savia de Huellas azules, el haber nacido en la calle, el salir de la raíz, de la gente humilde, sensible y necesitada de darse a Florida con sus modestos y creativos esfuerzos.

De paso por allí, Arnaldo Alfonso Rosales, director de la Casa de Cultura Luis Casas Romero, aprovecha para enfatizar la pertenencia del proyecto a su institución, así como para valorar la guía de su especialista en tradiciones Gilberto Miralles Loro, Premio Memoria Viva 2015, del Instituto Cubano de Investigación Cultural Juan Marinello.

Sinfín de Huellas azules dejan en Florida, especialmente con los murales como el de la entrada a la localidad; el de espacio abierto El Cerdito, lamentablemente tapado con un punto de venta delante; y el de la fachada del Centro Literario, que la restauración del lugar no cuidó y se perdió. Serían más las señales de su paso si contaran con local propio o accedieran a materiales para el mejor acabado de obras.

A Miguel Quiala le pregunto por las cicatrices de las indolencias; y él me asegura que a los artesanos populares es difícil opacarle los colores del entusiasmo. Vuelve su mirada al trozo de madera con palabras amorosas, con la energía ancestral de una técnica de la prehistoria, cuando el hombre primigenio modeló sentires y formas con restos calientes del fuego.

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